Los robotaxis ya conquistan las autopistas: Waymo da el paso que cambia para siempre la movilidad
Durante años, la conducción autónoma fue ese sueño futurista que parecía no llegar nunca. Pero el anuncio que Waymo acaba de hacer marca un antes y un después: sus robotaxis comenzarán a circular por autopistas reales en San Francisco, Los Ángeles y Phoenix, sin conductores de seguridad y sin intervención humana.
Un movimiento que coloca a la compañía respaldada por Alphabet en una posición que ni siquiera Tesla —que presume de liderar el sector— había alcanzado.
Y la pregunta surge sola: ¿Estamos ante el inicio del fin del conductor humano?
Un hito que rompe todas las previsiones
Waymo ya llevaba años demostrando músculo en zonas urbanas, pero faltaba el gran examen: la alta velocidad, las incorporaciones complejas, los cambios de carril agresivos y la imprevisibilidad del tráfico real estadounidense.
Ahora ese examen está aprobado.
La compañía asegura que este avance se basa en millones de millas recorridas, pruebas supervisadas con empleados y un aprendizaje continuo. Solo podrán usar este servicio los llamados “probadores de confianza”, un grupo reducido de usuarios registrados en su app.
Y aunque Tesla lleva tiempo ofreciendo asistencia en autopista, Waymo se convierte en la primera empresa que ofrece viajes sin conductor real en ese entorno.
Por eso, el movimiento ha sacudido Silicon Valley por completo.
Tesla responde: Musk lanza una advertencia (y una promesa)
Mientras Waymo se lleva los titulares, Elon Musk no se ha quedado callado. Durante la última conferencia de resultados, el magnate advirtió que la compañía está lista para lanzar sus propios vehículos autónomos “antes de que acabe el año” en hasta diez áreas metropolitanas.
Y no solo eso: afirmó que aumentará la producción “tan rápido como sea razonable”, incluyendo el esperado Cybercab, un robotaxi sin volante ni pedales.
Musk sabe que está obligado a reaccionar. El mismo hombre que hace poco protagonizó el mediático boicot a Netflix también sabe lo que es dominar un mercado antes de que otro se lo arrebate.
Puedes leer más sobre la influencia del empresario en otros sectores en boicot Elon Musk Netflix pérdidas 2025, una de las claves para entender cómo opera el magnate.
¿Por qué es tan importante circular por autopista?
Aunque la ciudad parece un entorno más complejo —peatones, rotondas, obras, caos constante— la autopista tiene un ingrediente más peligroso: la velocidad.
No hay margen para errores. Un fallo aquí no provoca un susto… provoca un desastre.
Waymo afirma que ha desarrollado protocolos específicos junto a patrullas de carreteras y organismos de seguridad. En otras palabras: no se han limitado a poner un robot en la autopista.
Han creado un sistema para convivir con miles de conductores humanos… que no siempre conducen como deberían.
Este punto enlaza con uno de los grandes debates de la movilidad moderna: la seguridad y la capacidad real de las máquinas para evitar errores humanos. En España, por ejemplo, la preocupación por fallos regulatorios y de gestión ya ha generado polémicas, como en el caso de las 560 condenas judiciales por multas nulas en ZBE, donde la automatización también fue cuestionada.
La guerra del robotaxi ya ha empezado
No solo Tesla mueve ficha. Zoox, la alternativa respaldada por Amazon, ya ofrece recorridos gratuitos en el Strip de Las Vegas.
Pero Waymo jugaba con ventaja: lleva más de una década trabajando en esto, desde que era simplemente “el proyecto de coches autónomos de Google”.
Su flota supera los 1.500 vehículos y es la única que opera con un servicio de pago sin conductores de seguridad en Estados Unidos.
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas.
La compañía ha enfrentado investigaciones federales por maniobras erráticas, frenazos inesperados y comportamientos difíciles de explicar.
Y esta es otra de las sombras en el sector: la autonomía total no es solo tecnología; es también confianza pública… y responsabilidad legal.
¿Es realmente seguro? Aquí está la verdad incómoda
Conducir por autopista parece más fácil que moverse por la ciudad. Todo es más lineal, más limpio y más predecible.
Pero también es un entorno donde, si algo sale mal, sale terriblemente mal.
Waymo lo sabe. Tesla lo sabe. Y las autoridades también.
Los nuevos protocolos buscan reducir los riesgos de:
– Velocidades excesivas
– Maniobras de incorporación
– Salidas inesperadas
– Conductores humanos distraídos
– Condiciones climáticas adversas
El punto más crítico no es tecnológico, sino humano: ¿confiará la gente su vida a un vehículo que no lleva a nadie al volante?
La historia responde sola: lo mismo se preguntaba la sociedad cuando llegaron los ascensores automáticos, los trenes sin conductor o los aviones con piloto automático.
Y hoy nadie lo cuestiona.
El futuro inmediato: más autopistas, más ciudades, menos conductores
Lo que Waymo quiere probar con esta expansión es simple:
si el robot puede conducir sin errores a 110 km/h rodeado de coches humanos… puede conducir en cualquier sitio.
Además, la empresa pretende usar estos trayectos exprés por autopista para reducir tiempos y mejorar la eficiencia.
Si un viaje es mucho más rápido por autopista que por rutas alternativas, el robotaxi tomará la vía rápida.
Y esto abre el siguiente debate:
¿desaparecerán los conductores profesionales?
La respuesta no es inmediata, pero la dirección está clara.
El avance es tan grande que incluso organismos de seguridad y gobiernos están tomando posiciones. Hace meses, en Estados Unidos se reforzó la presencia policial en autopistas debido al aumento de violencia vinculada al tráfico. Puedes leer más en Trump desplegará soldados ante el aumento de violencia, un ejemplo de cómo la seguridad vial influye ahora incluso en la política.
Waymo ya no es el futuro: es el presente
Solo queda una pregunta: ¿estamos preparados para compartir autopista con coches sin conductor?
Waymo cree que sí. Tesla quiere demostrar que también. Y los reguladores, que siempre van por detrás, empiezan ahora a darse cuenta de que la tecnología avanza a un ritmo que ya no pueden ignorar.
La batalla del robotaxi no es quién llega primero.
Es quién consigue que la sociedad confíe en subirse y dejarse llevar por una máquina.
Y tras este anuncio, todo apunta a que la autopista del futuro ya está abierta.







