El dueño de X ha vuelto a retratar a la Comisión Europea de Von der Leyen
Elon Musk, CEO de X (anteriormente Twitter), ha revelado que en 2024 recibió de Bruselas una carta formal en la que se le solicitaba censurar contenido de Donald Trump antes de una entrevista pública, bajo amenaza de sanciones por parte de la Unión Europea. Según Musk, este aviso anticipó la ofensiva regulatoria que ahora se traduce en la mayor multa impuesta hasta la fecha a su plataforma bajo la Ley de Servicios Digitales (DSA).
La penalización asciende a 120 millones de euros (aproximadamente 140 millones de dólares) y fue impuesta por la Comisión Europea tras una investigación iniciada a finales de 2023. Bruselas señala como motivos principales fallas en la moderación de contenidos ilícitos, falta de transparencia en la publicidad, debilidades en las “Notas de la Comunidad” y problemas en el diseño de la interfaz de X.
No obstante, desde el entorno de Musk se interpreta la sanción como un ataque directo a la libertad de expresión. El empresario ha criticado a la UE por actuar más como un aparato de censura que como garante de derechos, subrayando que el conflicto detrás de la multa tiene un trasfondo ideológico más que técnico.
Uno de los puntos más polémicos es el sistema de verificación de la plataforma, cuya modificación para incluir insignias de pago fue cuestionada por Bruselas por supuesta confusión entre usuarios. Desde X se defiende que este cambio buscaba eliminar un sistema elitista en el que solo ciertos perfiles seleccionados de manera opaca podían obtener la verificación.
Otra de las críticas de la Comisión Europea se refiere a la negativa de X a abrir completamente sus bases de datos a investigadores externos financiados con fondos públicos, una medida que según críticos podría utilizarse para ejercer presión ideológica y vigilar perfiles políticos disidentes.
Las tensiones entre Musk y Bruselas vienen de lejos. En agosto de 2024, el entonces comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, envió una carta a Musk exigiendo garantías de cumplimiento de la DSA durante una entrevista entre Musk y Donald Trump, advirtiendo sobre posibles consecuencias legales si se difundían mensajes considerados problemáticos. Musk interpretó este aviso como una amenaza de censura previa, y fuentes apuntan a que incluso se barajó la posibilidad de bloquear X en Europa.
Esta multa histórica representa apenas el inicio de un proceso sancionador que podría prolongarse durante años. Desde el equipo de Musk se habla de una campaña de presión bajo términos ambiguos como “contenido ilegal” o “manipulación informativa”, que según sus críticos se aplican de forma selectiva a ciertas corrientes políticas.
Por su parte, la Comisión Europea defiende la sanción como una medida para proteger a los ciudadanos del bloque frente a abusos digitales. Los detractores, sin embargo, denuncian que la DSA se ha convertido en un instrumento de control político sobre las plataformas tecnológicas.
Con este fallo, X se convierte en la primera gran red social sancionada de forma contundente bajo la Ley de Servicios Digitales, un precedente que podría extenderse a otras compañías tecnológicas si no cumplen con las exigencias regulatorias de Bruselas en los próximos meses.
