Subtítulo: Frente al auge de los incendios forestales, muchos se preguntan si la normativa impide limpiar el monte. La realidad es muy distinta.
Limpiar el monte no está prohibido: es una obligación legal
La Ley estatal de Montes establece que los propietarios de terrenos forestales, fincas o montes son responsables directos de su mantenimiento. Esto incluye tareas de limpieza, desbroce, podas y otras labores de prevención. Es decir, la ley no sólo permite estas actuaciones, sino que las exige.
¿Por qué se repite que está prohibido?
En muchas zonas rurales se ha extendido la idea de que las normativas ecologistas impiden tocar el monte. Sin embargo, esto se debe más a la burocracia, la falta de recursos y la despoblación que a prohibiciones reales. Solo un pequeño porcentaje de espacios (como parques nacionales o reservas) tiene restricciones más estrictas, y aun así se permite actuar bajo autorización.
¿Se necesita permiso para limpiar?
Generalmente sí, hay que solicitar autorización previa a la comunidad autónoma correspondiente. Aunque cada región tiene sus propios procedimientos, estos suelen ser ágiles. Algunas, como Castilla y León, han llegado a eliminar la obligación de comunicar ciertos trabajos en parcelas privadas.
Zonas rurales: falta gente, no permisos
Los incendios se concentran en zonas con mucha masa forestal, baja densidad de población y escasa actividad agraria o ganadera. Es justo esa falta de «vida rural» la que ha hecho que muchas labores que antes se hacían de forma natural hayan desaparecido.
Ecologismo y gestión forestal: aliados, no enemigos
Contrario a lo que muchos piensan, organizaciones ambientalistas reclaman más y mejor gestión forestal. Mantener el monte con un mosaico de usos (bosque, pasto, cultivos, matorral) hace que el paisaje sea más resiliente frente al fuego. Esta diversidad actúa como un cortafuegos natural.
Incendios de sexta generación: un nuevo escenario
El cambio climático ha multiplicado la intensidad y frecuencia de los grandes incendios. A la acumulación de biomasa por el abandono forestal se suma un clima más seco, con olas de calor prolongadas y menos precipitaciones. Esto genera fuegos tan violentos que resultan casi imposibles de apagar.
El papel de las administraciones
Las comunidades autónomas son responsables de regular y facilitar los trabajos preventivos. En los montes de utilidad pública, un porcentaje de los beneficios por aprovechamientos se reinvierte obligatoriamente en su mejora. Sin embargo, muchos ayuntamientos carecen de planes de autoprotección pese a estar obligados por ley.
Soluciones: menos trabas y más población rural
La clave está en combinar buena legislación con medios, personas y agilidad administrativa. Sin población rural activa, sin ganadería ni agricultura extensiva, sin incentivos para vivir del monte, seguirá siendo difícil prevenir incendios. El reto demográfico es también un reto medioambiental.
Conclusión
No, no está prohibido limpiar ni desbrozar el monte en España. Todo lo contrario: está regulado, incentivado y exigido por ley. Lo que falta es una apuesta firme por revitalizar el mundo rural, agilizar la gestión forestal y adaptarla a un contexto de emergencia climática.








