‘Malas Lenguas’ marca mínimo de audiencias en La 2: se encuentra por debajo del 3% de cuota para un coste de 3,3 millones de euros
Otra idea del Sanchismo para su televisión, que ya no es la de todos. Fue el fichaje del periodista afín al socialcomunismo Jesús Cintora, que vive en televisión fracaso tras fracaso.
Su programa en La 2, ‘Malas Lenguas’ está de capa caída y ayer batió récord de audiencia, pero negativa. Y quizás eso haga peligrar la continuidad de Cintora en la televisión pública que tiene un alto coste para las arcas del Estado.
El programa está centrado en la revisión de informaciones, en desmentir bulos (siempre de la supuesta ultraderecha) y abrazar la progresía política de Pedro Sánchez.
Pero las cosas no están saliendo nada bien. Ayer, 23 de abril, por ejemplo, solo acaparó un 2,9% de audiencia y unos 200.000 espectadores. Lo más visto en el canal de RTVE ha sido ‘Cifras y Letras’ con un gran 5,4% y 650.000 televidentes.
Pero el programa político de Cintora tiene un coste de más de 3,3 millones y el periodista recibirá casi 200.000 euros al año.
Coste y salario a Cintora
El espacio contará con 63 capítulos y se emitirá en las tardes de La 2. De esta cantidad, más de 2 millones corresponden al contrato con la productora Big Band Media SL (vinculada a THE MEDIAPRO STUDIO), mientras que cerca de 1,3 millones se destinarán a recursos internos de RTVE. El resto del presupuesto se asigna a otros costes externos.
En cuanto al salario del presentador, RTVE ha detallado que la partida presupuestaria que incluye al conductor del espacio, así como a los copresentadores, asciende a 199.950 euros en total. Esto se traduce en 3.100 euros por capítulo más 4.650 euros adicionales en concepto de trabajos de preproducción. Todo según los datos que ha ofrecido La Gaceta.
RTVE también ha informado de que, si durante diez emisiones consecutivas a partir del décimo capítulo el programa no alcanza una cuota de pantalla mínima del 3%, la corporación se reserva el derecho a modificar las condiciones de emisión o incluso cancelar la producción de forma unilateral.
La cuenta atrás ha empezado…








