El fin del monopolio ideológico separatista
Por primera vez en décadas, las más altas instancias de la Universidad Autónoma de Barcelona han visto cómo una voz patriota irrumpe en su seno. Estudiantes pel Canvi (EPC), un sindicato que proclama sin ambages su defensa de España y de la meritocracia, consiguió en las últimas elecciones un asiento en la junta de la Facultad de Filosofía y Letras, considerada hasta ahora trinchera impenetrable del nacionalismo radical catalán. Lejos de ser un hecho meramente administrativo, esta victoria simboliza el derrumbe de un sistema de pensamiento único que ha dominado los claustros durante toda una generación.
Filosofía y Letras: laboratorio del adoctrinamiento separatista
Durante años, los pasillos de Filosofía y Letras se convirtieron en un auténtico «campo de reclutamiento» del procés. Desde los despachos de catedráticos afines hasta las asambleas estudiantiles subvencionadas, todo giraba en torno a la hegemonía nacionalista. No era extraño asistir a clases en las que se ocultaba deliberadamente la historia de España, se exaltaba la victimización de Cataluña y se censuraba cualquier atisbo de crítica a la secesión.
- Aulas tomadas: manifestaciones diarias, pancartas y banderas esteladas tapando los símbolos nacionales.
- Silenciamiento sistemático: estudiantes que osaban discrepar eran ridiculizados o bloqueados de las redes internas.
- Medios afines: revistas y radios universitarias convertidas en altavoces exclusivos de la consigna independentista.
Este ecosistema asfixiante no solo despreciaba el mérito —premiando la militancia—, sino que alimentaba el resentimiento hacia España como método de cohesión identitaria. El resultado: generaciones enteras formadas en el odio y en la polarización, sin acceso a un debate verdaderamente crítico.
EPC irrumpe con fuerza: de la resistencia al asalto institucional
Estudiants pel Canvi lleva operando en las universidades catalanas desde 2008. Lo que empezó como un grupo reducido de alumnos hartos del adoctrinamiento ha florecido en un movimiento con presencia consolidada no solo en la UAB, sino también en la Universidad de Barcelona, donde ya ostenta cinco sillones en el Claustro. Sus claves: valentía, coherencia y trabajo de campo.
- Valentía: militantes que han resistido agresiones verbales en clase y trabas administrativas.
- Coherencia: una hoja de ruta clara: defensa de la Constitución, del sistema de becas por méritos y de la libertad de cátedra.
- Trabajo de campo: charlas puerta a puerta, encuentros con padres preocupados y alianzas con catedráticos constitucionalistas.
La declaración oficial de EPC no dejó lugar a dudas: “Hoy recuperamos un espacio que nunca debió usurparse. La UAB vuelve a ser de todos los españoles, y los estudiantes catalanes podrán por fin expresar sin miedo su españolidad.” Esta afirmación, rotunda y desafiante, ha resonado con fuerza en toda la comunidad académica.
Un golpe al corazón del procés universitario
La junta de Filosofía y Letras controla asuntos tan cruciales como la política de becas, criterios de contratación de personal docente y programas de intercambio. Con un patriota en ese órgano, cualquier imposición ideológica quedará expuesta al debate y la transparencia.
- Becas y ayudas: se podrá exigir que se otorguen por rendimiento académico, no por carnet político.
- Contrataciones: los catedráticos deberán demostrar méritos investigativos y experiencia docente, no su fidelidad al independentismo.
- Eventos y conferencias: volverán a invitase ponentes de todas las corrientes ideológicas, recuperando el pluralismo.
Esta presencia rompe de raíz la estrategia del separatismo, que consistía en ocupar todas las instancias de poder universitario para «exportar» luego esos cuadros a la política municipal y autonómica.
Más que un logro: el inicio de una operación de reconquista
La conquista de un solo asiento puede parecer modesta, pero en realidad abre la veda. Estudiantes pel Canvi ha puesto la primera piedra de lo que promete ser una expansión imparable. Su siguiente objetivo: sumar fuerzas en la Facultad de Derecho y en la Escuela de Ingeniería. Profesores y alumnos que comparten su visión ya han comenzado a organizarse, animados por el ejemplo de Filosofía y Letras.
- Mentoría interna: veteranos de EPC guían a nuevos activistas.
- Red de apoyo: abogados constitucionalistas colaboran en talleres sobre derechos políticos y académicos.
- Campañas de información: folletos y vídeos explicativos para alumnos de primero, donde se detalla cómo participar y votar.
Con este plan, EPC busca crear un efecto dominó en toda la universidad pública catalana. El mensaje es claro: quien no ceda un solo palmo de terreno al sectarismo, puede y debe participar.
La universidad reconquistada para el mérito y la libertad
La verdadera universidad no se construye con boinas y consignas, sino con libros, debate riguroso y respeto por la pluralidad. Ahora, por primera vez en mucho tiempo, los estudiantes que valoran el esfuerzo y la excelencia tienen representación oficial. Esto permitirá:
- Revisión de planes de estudio para incluir autores españoles marginados por la narrativa separatista.
- Convocatoria de becas de investigación basadas en proyectos innovadores, no en afinidades políticas.
- Foros abiertos donde cualquier estudiante pueda presentar ponencias, del independentista al constitucionalista, pasando por todas las posiciones intermedias.
Se acabó la universidad como plataforma de adoctrinamiento. Comienza la reconstrucción de un espacio en el que la crítica se ejerza sin miedo y el talento sea la única cátedra.
Un reto para el conjunto de la sociedad española
Lo ocurrido en la UAB no es solo un triunfo de un sindicato estudiantil: es un aviso a toda la sociedad. España ha cedido durante años en la batalla cultural, permitiendo que el nacionalismo impregnara no solo las aulas, sino también revistas, teatros y ayuntamientos. Ahora, un puñado de estudiantes nos recuerda que la libertad no se regala: se conquista con acción, con ideas y con determinación.
Si los jóvenes patriotas pueden lograrlo en un entorno hostil, ¿qué no podríamos hacer en otros ámbitos? Escuelas de secundaria, foros de debate público, redes sociales… La lección es rotunda: la resistencia intelectual y cívica rinde frutos, incluso cuando todo parece perdido.
El desafío de la próxima generación
El éxito de Estudiants pel Canvi empodera a toda una generación que ha crecido entre la polarización y el desacato institucional. Les demuestra que es posible plantar cara al separatismo, defender nuestra historia común y reconstruir una identidad compartida. A ellos va este mensaje:
“No renunciéis a participar. No os dejéis intimidar. La universidad, la calle y la política están abiertas para quienes aman España y valoran la libertad”.
Con este triunfo, la UAB deja de ser un reducto inalcanzable para el constitucionalismo. Un estudiante patriota se sienta ya en sus órganos de decisión; mañana podrán ser muchos más. La reconquista académica ha comenzado. Y, a juzgar por el impulso mostrado, está llamada a ser tan imparable como inevitable.








