Los datos oficiales son contundentes: los ciudadanos marroquíes cometen asesinatos de mujeres a una tasa 5,7 veces superior a la media nacional. A pesar de que representan apenas un 2% de la población, han estado implicados en 22 feminicidios entre 2021 y 2024, una cifra que desborda cualquier parámetro proporcional razonable.
Aunque, realmente estos datos no son definitivos, porque no se tienen en cuenta a ancianos, mujeres y niños. Por lo tanto la tasa es superior a 5,7 veces. Tampoco se tiene en cuenta a los ciudadanos de origen marroquí nacionalizados, por lo que se puede deducir que el problema es mucho más grave.
Una sobrerrepresentación que se mantiene año tras año
En un país donde los responsables políticos insisten en evitar cualquier análisis por origen, la realidad estadística se impone. Los últimos informes del Ministerio de Igualdad confirman que más del 53% de los feminicidios de 2025 han sido cometidos por extranjeros, pese a que este colectivo representa solo el 14,1% de la población.
Este fenómeno no es nuevo. En 2023, los agresores extranjeros supusieron el 44,8% de los feminicidios. En 2024, el 36,2%. Y en 2021, eran el 23,6%. La curva es ascendente. Pero lo de los marroquíes es ya una anomalía estadística.
El Gobierno se niega a vincular cultura y violencia
Mientras tanto, la ministra Ana Redondo continúa repitiendo que es “peligroso hacer esa equivalencia” y que “el machismo es la primera globalización”. En otras palabras, se rechaza vincular la violencia con contextos culturales concretos, aunque la tasa de criminalidad específica lo desmienta.
Desde 2003, la presencia extranjera se ha triplicado en este tipo de crímenes
Desde que se tienen registros, en 2003, ha habido 1.293 asesinatos de mujeres en España. De ellos, 417 han sido cometidos por extranjeros. La proporción ha pasado del 15,5% en 2003 al 53,3% en 2025. En términos comparativos, los inmigrantes cometen cuatro veces más feminicidios que los españoles. Y dentro de ese grupo, los marroquíes lideran con diferencia.
Cataluña y Andalucía, las regiones más afectadas
El problema es especialmente grave en comunidades como Cataluña y Andalucía, donde la presencia de población inmigrante es más alta. Estas dos autonomías concentran 7 de los 15 casos registrados en lo que va de 2025.
Una sociedad que vive de espaldas a los datos
Pese a las evidencias, el relato oficial continúa centrado en un enfoque estructural y de género que elude deliberadamente el componente cultural. Para el Gobierno, cuestionar estas cifras es “xenófobo”. Pero la estadística no es racista: es matemática aplicada, los marroquíes asesinan más en proporción que un español.
¿Hasta cuándo se podrá ignorar la raíz del problema?
La pregunta ya no es si existe un patrón. Es si hay voluntad política de actuar sobre él. La negación de la realidad no solo es una forma de incompetencia, es también una renuncia a proteger eficazmente a las víctimas.








