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Golpe a la Agenda 2030 en República Checa: el nuevo gobierno patriota promete frenar el Pacto Verde Europeo

El primer ministro Babis ha calificado el Pacto Verde de «pura propaganda»

La Agenda 2030 recibe un nuevo revés desde Europa Central. El líder del movimiento ANO, Andrej Babiš, quien ganó recientemente las elecciones parlamentarias en República Checa, ha confirmado su intención de acabar con el Pacto Verde Europeo, calificándolo como “pura propaganda”.

Babiš ha firmado un acuerdo de coalición con Libertad y Democracia Directa (SPD) y el movimiento Automovilistas para Sí Mismos (Motoristé sobě), sellando así una alianza de corte patriota que promete alterar de forma significativa el rumbo ambiental que la Unión Europea (UE) ha impulsado en los últimos años.

Un gobierno crítico con las políticas climáticas de Bruselas

El pacto, rubricado el lunes por la tarde, abre paso a un Ejecutivo checo abiertamente escéptico respecto a las políticas climáticas comunitarias.
Entre sus principales objetivos figura bloquear la ampliación del sistema de comercio de emisiones (ETS2), considerado por el nuevo gobierno como un impuesto encubierto sobre el transporte y la calefacción.

Según un borrador del programa filtrado a la prensa local, Praga pretende liderar una “resistencia coordinada” frente a los nuevos tributos ecológicos que Bruselas planea imponer a los ciudadanos europeos.

Intervención en el mercado energético y defensa de la soberanía nacional

El gabinete de Babiš también tiene previsto actuar en el mercado energético para reducir los precios regulados y aliviar la carga económica de los hogares.
La coalición coincide en que las políticas verdes de la UE han elevado drásticamente los costes energéticos, afectando la competitividad de las economías nacionales y beneficiando, sobre todo, a las grandes potencias industriales del continente.

Petr Macinka, posible ministro de Medio Ambiente y crítico del cambio climático

Uno de los nombres más comentados es el de Petr Macinka, líder del movimiento Automovilistas para Sí Mismos, conocido por cuestionar la narrativa de la “emergencia climática”, a la que ha calificado de “propaganda ideológica”.

Los medios checos apuntan a que Macinka podría asumir la cartera de Medio Ambiente, una posibilidad que ha generado preocupación en los despachos de la Comisión Europea. En Bruselas temen que el nuevo gobierno checo se convierta en un referente para otros países del Este que comparten posturas euroescépticas.

Bruselas responde: preocupación por un “retroceso ambiental”

Las reacciones desde Bruselas no tardaron en llegar. Varios eurodiputados, especialmente del Partido Popular Europeo (PPE), han advertido que la decisión checa pone en riesgo los compromisos comunitarios y envía una “señal preocupante” sobre el futuro de la agenda verde.

Sin embargo, Babiš y sus socios defienden que las imposiciones climáticas de la UE son insostenibles, y que la soberanía energética debe volver a los Estados miembros.

Un posible efecto dominó en Europa

Expertos internacionales consideran que este cambio político en Praga podría desencadenar un efecto dominó en el continente.
El analista Mark Higgie, en The Spectator Australia, ironizó al señalar que el primer ministro británico Keir Starmer “no lo tendrá fácil para defender su agenda verde si la Unión Europea termina abandonando su plan de prohibir los coches de combustión en 2035”.

República Checa se suma al bloque de países que cuestionan el Pacto Verde

Con este giro político, República Checa se incorpora al grupo de naciones europeas que ponen en duda la viabilidad económica del Pacto Verde.
El movimiento de Babiš no solo desafía la Agenda 2030, sino que también profundiza la división interna de la UE respecto a su política ambiental y energética.

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