Saltar el contenido

Cayó el narco del puerto: un guardia civil pillado con 120 kilos de cocaína en su coche patrulla

La Guardia Civil ha vivido este fin de semana una de sus escenas más turbias: un veterano agente, José, casi 50 años y más de dos décadas de servicio, fue detenido en el puerto de Bilbao con 120 kilos de cocaína dentro de un coche patrulla oficial. Sí, dentro del vehículo rotulado del propio cuerpo.

Fuentes de la investigación confirman que la Policía Judicial le tenía pinchado el teléfono y llevaba tiempo siguiéndole de cerca. El operativo terminó con el agente reducido, la droga incautada y un ataque de ansiedad que obligó a asistirle médicamente. Incluso le hicieron fotos con la mercancía.

El ‘garbanzo negro’ del puerto: el agente que debía frenar la droga… y la movía

El destino del detenido era clave: Fiscal y Fronteras, la unidad que controla aduanas, puertos y aeropuertos para detener narcotráfico, contrabando y tráficos ilícitos.

Pero mientras sus compañeros registraban contenedores, José habría optado por el bando de los narcos.

La investigación lo tenía marcado: seguimientos, escuchas y una sospecha creciente de que no solo miraba hacia otro lado, sino que facilitaba la entrada de grandes cargamentos de cocaína. El puerto de Bilbao, uno de los más importantes del país, era su escenario perfecto.

Este caso llega además en un momento en el que las actuaciones de la Guardia Civil están en primera línea mediática, como ocurrió en Carpetazo del Supremo: los mandos de los guardias civiles asesinados en Barbate se libran del banquillo, donde el cuerpo volvió a ser protagonista de polémicas decisiones judiciales .

Domingo por la tarde: coche patrulla, uniforme… y 120 kilos de cocaína

La escena final parece sacada de una serie:

  • Puerto de Santurce
  • José de servicio
  • Coche patrulla oficial
  • Bolsones llenos de coca blanca en el interior

Cuando el equipo de la Policía Judicial ejecutó la detención, el golpe fue total. No se trataba de un alijo oculto en un contenedor, sino de un vehículo oficial del Estado convertido en furgón del narco.

Impactado por el arresto, el agente sufrió un fuerte ataque de ansiedad. Su caída estaba registrada: escuchas, imágenes, seguimientos… y ahora la droga encima de la mesa.

Un historial que parecía normal… hasta que se revisó con lupa

Durante sus 20 años de servicio, el agente había participado en operaciones como Paso del Estrecho, moviéndose entre Ceuta, Melilla, Málaga o Almería. Destinos sensibles, sí, pero sin señales visibles de irregularidades.

El problema estaba más cerca: Diez años en Santurtzi, revisando mercancías y controlando puntos estratégicos del puerto. El lugar ideal para abrir y cerrar puertas al narco a voluntad.

Los investigadores ahora analizan línea a línea su historial, cruzando fechas con entradas de cargamentos y movimientos sospechosos. La pregunta es obvia:

¿Era un eslabón aislado o parte de algo mucho más grande?

Castro-Urdiales: vida tranquila mientras el narco movía piezas

El guardia civil vivía en Castro-Urdiales, una de las localidades más cotizadas de Cantabria. Casado con una mujer colombiana, padre de dos hijos, buena vivienda, vida estable.

Nada que hiciera pensar en necesidades económicas o vínculos criminales.

Pero mientras era detenido en el puerto, otra patrulla registraba su vivienda buscando dinero, documentos o pruebas de conexiones con redes de droga.

No es la primera vez que en Cantabria un perfil aparentemente normal termina vinculado al narco. Ya ocurrió en Cantabria: narco peluquero admite veinte meses de prisión por traficar cocaína, una historia que reveló otra doble vida inesperada .

¿Caso aislado… o un síntoma del sistema?

La pregunta que sobrevuela en los despachos es incómoda: ¿Cuántas veces pudo salir bien antes de que lo pillaran?

El puerto de Bilbao mueve millones de toneladas de mercancía cada año. Si un solo agente pudo transportar 120 kilos de cocaína en un coche oficial, la duda es inevitable:

¿Hubo más viajes? ¿Hubo más implicados?

Al mismo tiempo, el caso muestra algo que pocos mencionan: la Guardia Civil investigando sin miedo a mirar hacia dentro, igual que en otros casos de alto impacto como La Guardia Civil registra el despacho del fiscal general del Estado e incauta sus dispositivos electrónicos, donde el cuerpo volvió a poner el foco donde muchos no querían mirar.

Lo que viene ahora: dinero, llamadas y una lista de nombres por revisar

A partir de este punto, entran los especialistas:

  • análisis de llamadas
  • informes económicos
  • movimientos patrimoniales
  • vínculos con otros puertos
  • detección de rutas y colaboradores

El objetivo no es solo meter a José en prisión; es identificar quién está detrás, quién movía la coca, quién esperaba la mercancía y cuántos alijos pasaron antes desapercibidos.

Porque cuando un guardia civil convierte su coche patrulla en transporte de droga, ya no hablamos de un problema personal:
hablamos de un agujero en el sistema.

Deja tu respuesta

Donar

Síguenos

Última Hora