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Hungría lanza una campaña en la estación Budapest-Keleti contra la inmigración masiva y el «plan Soros»

«No cambiemos iglesias por mezquitas» ha pedido el gobierno de Viktor Orbán

El gobierno de Hungría lanza una fuerte campaña en la emblemática estación Budapest-Keleti, uno de los principales puntos de entrada durante la crisis migratoria de 2015, para denunciar el llamado «plan Soros» y advertir sobre los riesgos de la inmigración masiva en Europa.

Durante la noche del lunes, la fachada de la estación fue iluminada con proyecciones que mostraban minaretes y mensajes contundentes contra la inmigración ilegal y descontrolada. En la fachada principal, se proyectó la imagen de una torre islámica junto con la frase en húngaro: «Csak egy rossz választás és ide jutunk» (que significa «Solo una mala elección y aquí acabaremos»), acompañada de fotografías que ilustran episodios de violencia, exclusión social y desorden asociados a la llegada masiva de inmigrantes.

Esta campaña busca transmitir un mensaje claro: una mala decisión política en materia migratoria podría poner en riesgo la identidad cultural europea, reemplazando las tradicionales iglesias cristianas por símbolos islámicos y alterando el tejido social del continente.

La estación Budapest-Keleti fue seleccionada por su alto valor simbólico, ya que fue uno de los principales focos de la crisis migratoria en 2015, cuando miles de refugiados atravesaron Hungría rumbo a Europa occidental.

El Ejecutivo de Orbán critica duramente las políticas migratorias de la Unión Europea, señalando que las iniciativas promovidas desde Bruselas y por ciertas fundaciones internacionales suponen una amenaza directa a la soberanía nacional y a la seguridad ciudadana.

El acto contó con la presencia de miles de personas en la plaza frente a la estación, donde se instalaron paneles informativos y pantallas explicativas. Esta acción forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno húngaro para reforzar el rechazo a las cuotas migratorias europeas y posicionar a Hungría como un baluarte defensor de la civilización cristiana frente a la presión migratoria.

Con esta campaña visual, Hungría quiere recordar a los ciudadanos lo ocurrido hace una década y advertir sobre las posibles consecuencias de mantener políticas migratorias laxas en Europa occidental, reafirmando la postura de Orbán de proteger la identidad cultural y la seguridad nacional ante la inmigración masiva.

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