El presidente está dejando atrás los años oscuros del kichnerismo
La gestión económica de Javier Milei está transformando Argentina de manera histórica. En apenas un año de mandato, el país ha registrado un crecimiento del PIB notable, una inflación en fuerte desaceleración y una reducción significativa de la pobreza, todo esto tras implementar uno de los programas de ajuste más contundentes de las últimas décadas. Este desempeño ha sorprendido tanto a economistas como a analistas políticos dentro y fuera de Iberoamérica, y ya se habla de él como un verdadero “milagro económico”.
El respaldo electoral que refuerza las reformas
El éxito económico de Milei ha ido de la mano de un fuerte respaldo electoral. En las elecciones legislativas de octubre, su partido, La Libertad Avanza, superó el 40% de los votos, conquistó 64 de los 127 escaños en la Cámara de Diputados y renovó 20 de los 24 escaños del Senado. Este apoyo le proporciona una base legislativa sólida para impulsar reformas estructurales en fiscalidad, empleo y sistema previsional, consolidando su plan económico.
Rompiendo paradigmas: austeridad y apoyo social
Históricamente, la austeridad ha sido percibida como un castigo electoral. En Europa, los recortes llevaron a la caída de gobiernos y partidos. Sin embargo, el modelo argentino rompe con esta idea. Según Julieta Casas, economista de la Hoover Institution de la Universidad de Stanford, el caso de Milei demuestra que es posible aplicar un ajuste fiscal severo y, al mismo tiempo, ampliar el apoyo social si los resultados económicos son visibles.
En la misma línea, Nouriel Roubini, profesor de Finanzas en la Universidad de Nueva York, señala que gran parte de la sociedad argentina prefirió un sacrificio económico temporal antes que volver a políticas del pasado. Para él, el respaldo electoral de las legislativas representa un “cheque en blanco” para que Milei continúe con su plan de transformación.
La “motosierra del gasto público”: la clave del éxito económico
El eje central del plan de Milei ha sido la reducción del gasto público, conocida por el presidente como la “motosierra del gasto”. A diferencia de otras políticas, este ajuste evitó aumentos significativos de impuestos, siguiendo su ideología libertaria y respaldando estudios económicos que muestran que los recortes de gasto afectan menos al crecimiento que los aumentos impositivos.
Economistas como Alberto Alesina, Carlo Favero y Francesco Giavazzi han demostrado que una reducción del gasto equivalente al 1% del PIB provoca una contracción económica menor que un incremento de impuestos similar. Este patrón se refleja hoy en la economía argentina, que muestra una recuperación sostenida tras los ajustes iniciales.
Impacto social y reducción de la pobreza
El comienzo del mandato fue duro: pérdida de poder adquisitivo, recesión y ajustes presupuestarios afectaron a muchos ciudadanos. Sin embargo, la economía se recuperó rápidamente, la inflación disminuyó con fuerza y la prima de riesgo se desplomó, indicando la confianza de los inversores.
El dato más destacable es la caída de la pobreza. Según el último informe de UNICEF, el porcentaje de hogares con menores cuyos ingresos no cubren los gastos básicos disminuyó 17 puntos porcentuales, concentrándose en los sectores más vulnerables, que fueron los más golpeados por la inflación descontrolada de años anteriores.
El éxito social se debe a recortes estratégicos, protegiendo partidas sensibles para evitar impactos negativos en los grupos más desfavorecidos. Además, las reformas de oferta han incentivado la competencia en sectores clave, aumentando la productividad y la inversión privada.
