Detenido un joven de 17 años en Le Mans por planear atentados yihadistas contra el Elíseo, el Parlamento Europeo y varias embajadas. Los servicios de inteligencia franceses detuvieron el viernes en Le Mans a un joven de 17 años acusado de preparar varios atentados yihadistas contra objetivos emblemáticos en Francia y Europa.
Entre los lugares señalados en sus notas manuscritas figuraban el Palacio del Elíseo, el Parlamento Europeo en Estrasburgo, las embajadas de Israel, Estados Unidos y Reino Unido, así como diferentes centros escolares y sedes de medios de comunicación en París.
Hallazgos en su domicilio
En el registro de su vivienda, donde reside con sus padres, los agentes encontraron una declaración de fidelidad al Estado Islámico junto a los apuntes con los objetivos de los supuestos ataques.
El abogado del joven, Dylan Slama, reconoció que su cliente tiene “su parte de responsabilidad”, pero destacó que no tiene antecedentes y se encontraba escolarizado.
Una tendencia en auge: menores radicalizados
Con este caso, ya son 14 los menores inculpados por delitos terroristas en Francia en lo que va de 2025, lo que refleja un fenómeno en aumento. Según las autoridades, el mayor desafío es que la radicalización se produce cada vez más en Internet y redes sociales, dificultando la detección temprana de los jóvenes implicados.
El reto para Francia
Este nuevo intento frustrado evidencia el reto al que se enfrentan las fuerzas de seguridad: detectar y frenar la radicalización antes de que los planes se conviertan en atentados. La combinación de edad temprana, acceso ilimitado a propaganda en línea y fidelidad declarada al Estado Islámico genera un cóctel explosivo que inquieta a la inteligencia francesa.
Francia, en alerta por el auge del yihadismo y la inmigración ilegal
Francia atraviesa una de sus etapas más delicadas en materia de seguridad y cohesión social. La presión de la inmigración ilegal, unida al avance del yihadismo extremo, ha creado un escenario en el que los servicios de inteligencia se enfrentan a un reto constante: prevenir atentados mientras gestionan una creciente percepción de inseguridad entre la población.
El país ha recibido en los últimos años decenas de miles de inmigrantes irregulares, muchos de ellos integrados en barrios donde la marginalidad y la falta de oportunidades facilitan la captación por parte de redes radicales.
A ello se suma la amenaza de jóvenes que, nacidos o criados en suelo francés, encuentran en internet un canal directo para el adoctrinamiento y la propaganda extremista.
Esta combinación —inmigración descontrolada, radicalización interna y propaganda digital— ha puesto bajo máxima presión tanto al Gobierno de Emmanuel Macron como a las fuerzas de seguridad, que ven cómo la radicalización juvenil y los atentados frustrados se multiplican en los últimos meses.








