La Justicia frena una medida polémica del Ayuntamiento
Un juzgado de lo contencioso-administrativo ha anulado la orden del Ayuntamiento que impedía el empadronamiento de migrantes Madrid, después de que una ONG denunciara la prohibición de registrar en su sede a personas sin hogar.
Un juzgado de lo contencioso-administrativo de Madrid ha tumbado la orden del Ayuntamiento que prohibía a una ONG empadronar en su sede a migrantes sin hogar. La decisión supone un revés para el consistorio y un triunfo para las organizaciones que llevan meses denunciando las trabas burocráticas contra las personas en situación de vulnerabilidad.
El fallo judicial reconoce que el empadronamiento es un derecho fundamental, indispensable para acceder a servicios básicos como la sanidad, la educación o ayudas sociales. Impedirlo, según el juez, suponía dejar en un limbo legal a cientos de personas que ya vivían en la ciudad.
- El Gobierno de Sánchez reitera que seguirá ocultando el destino de los menas trasladados de Canarias
- España ya acoge a 19.000 menas, siendo el 94% varones y el 60% de Marruecos
El empadronamiento, clave para tener derechos
El padrón municipal no es un simple trámite: es la puerta de entrada a la ciudadanía real. Sin estar empadronado, un migrante no puede matricular a sus hijos en el colegio, acceder a un centro de salud o solicitar regularización.
De ahí que la medida del Ayuntamiento fuera duramente criticada por juristas y entidades sociales, que la veían como un intento de invisibilizar a quienes más necesitan protección.
El juez ha dejado claro que la función del padrón no es controlar la legalidad de la estancia, sino reflejar la realidad de quién vive en un municipio.
Choque entre el Ayuntamiento y las ONG
El caso arrancó cuando el consistorio madrileño emitió una orden que impedía a una ONG —que desde hace años acoge y orienta a personas migrantes sin hogar— registrar a estas personas en su sede. El Ayuntamiento alegaba que no era un “domicilio real”, pero la organización defendía que sin esa alternativa los migrantes quedaban en la calle, sin posibilidad de ejercer sus derechos básicos.
Finalmente, la Justicia dio la razón a la ONG, que celebra el fallo como una victoria histórica en defensa de los más vulnerables.
Un debate abierto sobre la migración
La resolución judicial no llega en un vacío político. España vive un debate permanente sobre migración y acogida, especialmente con el aumento de menores extranjeros no acompañados (menas).
Hace apenas unas semanas, La Bandera revelaba que el Gobierno mantiene en secreto el destino de los menas trasladados de Canarias a la península . El tema del empadronamiento se cruza con esta polémica: ¿cómo integrar a estas personas si se les niega incluso el derecho a figurar en el registro municipal?
El contexto: España y la presión migratoria
Según datos oficiales, España ya acoge a más de 19.000 menores extranjeros no acompañados, el 94% varones y el 60% procedentes de Marruecos. (La Bandera analizó el impacto en profundidad en su informe: España ya acoge a 19.000 menas) .
La llegada constante de migrantes, unida a la falta de recursos de acogida, ha encendido el debate político, con partidos enfrentados sobre cómo gestionar esta realidad.
¿Qué puede pasar ahora?
El fallo judicial no solo afecta a Madrid. Puede sentar un precedente importante para otras ciudades que intenten limitar el empadronamiento de personas sin hogar o migrantes.
De momento, la ONG madrileña ha anunciado que retomará el proceso de inscripción de migrantes en su sede. El Ayuntamiento, por su parte, estudia recurrir, aunque la resolución es clara en subrayar que el derecho a estar empadronado no depende de la situación administrativa de la persona.
Una batalla que continuará
Más allá de lo jurídico, este caso refleja el choque de dos visiones sobre la migración: la que busca integrar y garantizar derechos mínimos, y la que prioriza el control y las restricciones.
La pregunta que queda es si esta victoria judicial abrirá la puerta a un cambio más amplio en las políticas municipales, o si solo será un capítulo más en una batalla que parece lejos de terminar.








