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Keir Starmer destina 10 millones de libras para proteger a las comunidades musulmanas de «crímenes de odio»

El gobierno británico busca «proteger» mezquitas, centros comunitarios y escuelas religiosas

El Gobierno del Reino Unido, liderado por Keir Starmer, ha anunciado una inversión de 10 millones de libras destinada a reforzar la seguridad de las comunidades musulmanas en todo el país. Esta medida forma parte del Plan de Cambio, un programa nacional diseñado para garantizar calles y lugares de culto más seguros frente a delitos motivados por odio religioso.

Protección de mezquitas, escuelas y centros comunitarios

El objetivo principal del plan es proteger mezquitas, escuelas religiosas y centros comunitarios islámicos de posibles ataques violentos y crímenes de odio. Para ello, los fondos se utilizarán en la instalación de sistemas de videovigilancia, alarmas, cercas de seguridad y la contratación de personal especializado en protección.

El Gobierno británico ha calificado esta medida como “necesaria y urgente”, especialmente tras el aumento de incidentes relacionados con prejuicios religiosos en distintas regiones del país.

Contexto del anuncio: ataques recientes

El anuncio se produjo después del ataque a la mezquita de Peacehaven, en East Sussex, ocurrido el pasado 4 de octubre. Durante su visita, el primer ministro Keir Starmer aseguró que el Ejecutivo está comprometido con que ninguna persona en el Reino Unido viva con miedo debido a su religión o procedencia.

Starmer afirmó:

“Los ataques contra una comunidad son ataques contra los valores de toda nuestra nación. Queremos una Gran Bretaña inclusiva, donde el odio y la violencia no tengan cabida”.

Ampliación de la inversión en seguridad

Los 10 millones de libras anunciados se suman a los 29,4 millones de libras ya destinados este año al Programa de Seguridad para Mezquitas, ampliando así la cobertura a más lugares de culto y centros islámicos en todo el país. Con esta inversión, el Gobierno busca fortalecer la confianza de las comunidades musulmanas y garantizar un entorno seguro para la práctica de su fe.

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