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La calle porticada más larga de Europa está en Alcalá de Henares

Se trata de un trazado histórico que recorre casi 400 metros bajo soportales en Alcalá, declarada Patrimonio de la Humanidad

La calle porticada más larga de Europa atraviesa el corazón de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. Se trata de un trazado histórico que recorre casi 400 metros bajo soportales en Alcalá de Henares.

Se trata de uno de los secretos urbanos más singulares de Europa. Bajo su aspecto discreto, esconde siglos de historia, detalles arquitectónicos únicos y un trazado que ha sobrevivido al paso del tiempo sin perder su esencia.

Con casi 400 metros de longitud bajo soportales, es uno de los mayores tesoros arquitectónicosde la Comunidad de Madrid. Esta vía, peatonal y porticada, recorre siglos de historia y conecta el corazón de una ciudad universitaria declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En esta calle, los soportales se extienden sin interrupción durante casi cuatrocientos metros, escoltados por fachadas centenarias y detalles que obligan a detenerse. Es entonces cuando el visitante comprende que no está ante una calle cualquiera, sino frente a la calle porticada más larga de Europa construida a partir de viviendas residenciales.

Antigua calzada romana

La calle Mayor de Alcalá de Henares se asienta sobre el trazado de una antigua calzada romana y fue eje principal del barrio judío en la Edad Media. Las viviendas que hoy la flanquean, con soportales de piedra y pisos superiores habitados, comenzaron a levantarse en el siglo XIII.

Fue en el siglo XV cuando el Cardenal Cisneros impulsó la sustitución de los antiguos pies derechos de madera por pilares de piedra, dando lugar a una estructura continua que aún perdura.

La consecuencia: una vía de 396 metros con 242 soportes, entre ellos 29 columnas toscanas originales, “que ofrece cobijo tanto en días de sol como de lluvia”, dice El Confidencial.

Casa natal de Cervantes

Convertida en vía peatonal desde 1986, la calle Mayor mantiene un pulso cultural y comercial que se percibe en cada tramo. Librerías, cafés, panaderías y tiendas de barrio conviven con hitos turísticos como la casa natal de Cervantes o el Hospital de Antezana, activo desde el siglo XV.

Además, cada otoño los soportales se transforman en escenario de representaciones teatrales al aire libre durante el Festival Cervantino.

 La calle conecta dos plazas clave del casco histórico: la Plaza de Cervantes, centro social de la ciudad, y la plaza de los Santos Niños, donde se alza la Catedral Magistral.

Tal como afirma el investigador Josué Llull, pese a las transformaciones sufridas, «la calle continúa sin estar alineada y los soportales aún muestran alturas diferentes», lo que le da un «carácter bastante pintoresco«, según recoge National Geographic.

Vocación universitaria

Quienes se acerquen a descubrir esta singular arteria urbana encontrarán también, como apunta El Confidencial, “una ciudad con siglos de vocación universitaria. De hecho, muy cerca de la calle Mayor se encuentra la Universidad de Alcalá, uno de los conjuntos renacentistas mejor conservados de Europa. Su Paraninfo y sus patios platerescos son una joya del Humanismo español. Y a pocos pasos, los restos del antiguo Corral de la Sinagoga recuerdan la diversidad cultural que convivió en la ciudad, como destaca El Confidencial.

A apenas 25 kilómetros de Madrid, Alcalá de Henares invita a pasear con calma y mirada curiosa. Su Calle Mayor no solo es una proeza arquitectónica, sino también un espacio vivo que sigue ofreciendo cobijo, sombra y memoria a todo el que la recorre. Entre cafés, librerías y antiguos talleres, conserva ese pulso íntimo que mezcla pasado y presente. Cada paso bajo sus soportales es una invitación a redescubrir la ciudad con los ojos de un viajero atento.

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