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La clase media en España se empobrece… pero no gobierna la derecha

Las élites financieras y las grandes corporaciones concentran el poder en el mundo, y en España unos pocos elegidos acumulan casi toda la riqueza

Es una realidad incuestionable que se acentúa allá donde se apuntala en el poder un gobierno socialcomunista, socialdemócrata o de izquierdas en general: el empobrecimiento de las clases medias avanza y la desigualdad entre unos y otros se estira como una goma de mascar. Precisamente, vamos en dirección contraria a lo que supuestamente pretende el articulado de la Agenda 2030.

Los datos se revelan contundentes y estremecedores. Las grandes corporaciones, los grandes nombres (muchos de ellos no muy conocidos) en medio mundo siguen afianzándose como los tenedores del capital frente a las rentas medias, más alejados de ese capital… pero no gobierna la derecha y se ha subido el salario mínimo interprofesional, que parece ser la gran aspiración del gobierno actual: reparto igualitario de la pobreza.

Hoy, y de la mano de la crisis inflacionaria, una parte minúscula de la población española acapara gran parte de las rentas y el patrimonio. Son cada vez más poderosos frente a la clase trabajadora, más empobrecida, y un estado cada vez más endeudado y menos autónomo y soberano.

«La desigualdad se está exacerbando»

Barajando datos de 2022, más de la mitad del valor de la riqueza en España (54%) se concentraba en manos de apenas un 10% de la población y el 1% más acaudalado tenía una quinta parte. Así lo ha recogido el informe publicado por Oxfam Intermón. “La desigualdad se está exacerbando”. La acumulación es aún más pronunciada entre el 1% más rico, que llega a poseer cerca del 25% del patrimonio.

El informe advierte de que la brecha entre quienes más y menos tienes se ha ensanchado, en concreto se ha duplicado, en los últimos 20 años. A ello, está contribuyendo la posición cada vez más dominante en sus sectores de las principales empresas españolas, participadas por las grandes fortunas del país, que retribuyan enormemente mejor a sus accionistas y directivos que a las personas que emplean.

Lo cierto es que además el capital de estas macroempresas españolas, en muchos casos, proviene de fondos inversores externos que están ‘colonizando’ nuestro país, cada vez menos soberano.

Sectores eléctrico y financiero

En el caso del sector eléctrico en España, Iberdrola, Endesa, Naturgy y Repsol, concentran más del 86% de la cuota de mercado; entre Repsol y CEPSA, suman casi la mitad del mercado de distribución de combustibles fósiles y solo tres bancos, Santander, BBVA y Caixabank, acaparan el 63% de los activos financieros.

El 1% más rico de la población española participa en la propiedad o en los órganos directivos de las 50 grandes empresas españolas, descaradamente más generosas con sus consejos de administración y sus accionistas. Iberdrola y Banco Santander pagan más de 10 millones a su máximo responsable y, en promedio, el primer ejecutivo de alguna de las 50 empresas principales (el 70% paga un millón a su máximo ejecutivo) gana 91 veces el sueldo promedio de la compañía.

A escala mundial, la desigualdad es mayor em todos los escenarios analizados. El 1% más rico acumuló el 65% de la riqueza producida en el mundo desde 2020, según calculó esta organización hace un año.

Las grandes empresas del sector energético pagaron, en 2022, 8.500 millones en dividendos, mientras que los bancos aumentaron un 29% la remuneración a sus accionistas, y un 50% la retribución de sus principales ejecutivos desde 2020. El salario medio en estos dos sectores apenas creció un 4%. Y El buen rendimiento económico de estas grandes empresas no se está traduciendo en una significativa creación de empleo.

Riqueza financiera que fomenta la desigualdad

La organización identifica que el aumento del peso de la riqueza financiera sobre el total durante los últimos años contribuye a hacer persistente la desigualdad. El peso de los activos financieros sobre la riqueza bruta casi se ha doblado en los últimos 20 años y el 79,2% del valor de los mismos está en manos del 10% más rico de la población.

Además, casi la mitad de las 50 grandes empresas españolas tienen una “vinculación significativa”, vía propiedad o por su presencia en los órganos directivos, de personas que están en el 1% más rico. “Al estar mucho peor repartida, el incremento del peso de la riqueza financiera sobre la riqueza total hace que también aumente la desigualdad”.

El informe señala además que la riqueza de los millonarios (lista Forbes) aumenta “significativamente” desde 2019. La riqueza conjunta que ostentan ha crecido en apenas cuatro años en 24.500 millones de dólares.

Otro dato relevante: la facturación de las 50 grandes empresas españolas equivale al 56% del PIB, para lo que emplean a unos 700.000 trabajadores en territorio nacional. El informe critica que ha aumentado la desigualdad en el reparto de los beneficios de estas empresas entre los directivos y sus trabajadores.

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