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La DGT prepara un nuevo hachazo al conductor con la señal V27: más control y gastos obligatorios para 2026

Tras obligarnos a comprar la luz V16, Tráfico se inventa un nuevo dispositivo conectado a la nube para tenernos localizados en todo momento

Si pensabas que con comprar la famosa luz naranja V16 (esa que sustituye a los triángulos) ya habías cumplido con la DGT, estabas muy equivocado. La voracidad recaudatoria y controladora de la Dirección General de Tráfico no tiene fin. Ahora llega la **Señal V27**, un nuevo invento burocrático que se presenta como una «alerta virtual» pero que esconde un paso más hacia el control total del conductor.

Qué es la señal V27 y por qué genera tanta polémica

La señal V27 no es un dispositivo físico que puedas comprar, guardar en el maletero o colocar en la carretera. Es una alerta virtual que aparecerá directamente en el sistema de a bordo del vehículo o en aplicaciones conectadas, avisando de un supuesto peligro en la vía.

Hasta aquí, el discurso suena moderno, útil y alineado con la seguridad. El problema llega cuando se explica cómo funciona realmente: para que esa alerta llegue a tu coche, el vehículo debe estar conectado de forma constante a la plataforma DGT 3.0, una nube centralizada que recopila datos en tiempo real.

Eso significa que Tráfico no solo sabrá que existe un incidente, sino dónde estás tú, a qué hora circulas, por qué vía lo haces y en qué dirección te mueves.

La V27 no es una señal física, sino una notificación que aparecerá en el sistema de a bordo de tu coche, advirtiéndote de un peligro cercano.

Suena muy tecnológico y seguro, ¿verdad? El problema es que para que esto funcione, los vehículos tendrán que estar conectados permanentemente a la nube de la DGT 3.0. Es decir, el Gran Hermano de Tráfico sabrá dónde estás, a qué velocidad vas y qué haces en cada momento.

De la seguridad al control digital permanente

La DGT insiste en que no se trata de vigilancia, sino de prevención. Sin embargo, la acumulación de medidas apunta en otra dirección. La conexión obligatoria, la geolocalización constante y la integración de alertas virtuales convierten al conductor en un sujeto permanentemente monitorizado.

Hoy es una señal virtual. Mañana, ¿será un aviso automático de sanción? ¿Una notificación por exceder la velocidad “recomendada”? ¿Un aviso por circular por una zona que el sistema considera saturada?

No es una teoría conspirativa. Basta con observar cómo otras tecnologías “voluntarias” han acabado siendo obligatorias, como ocurrió con la luz V16 conectada, cuya geolocalización será exigida por ley a partir de 2026.

Gasto sobre gasto

Lo más sangrante es la gestión de los tiempos. Primero nos obligaron a los triángulos, luego nos dijeron que eran peligrosos y nos forzaron a comprar la luz V16 «normal». Ahora nos dicen que esa no vale, que tiene que ser la V16 «conectada» (con geolocalización) obligatoria para 2026. Y encima, nos meten la V27 como complemento.

Al final, el conductor es una vaca lechera a la que exprimir con normativas cambiantes que siempre benefician a los mismos fabricantes y concesionarias.

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