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La izquierda alemana presiona a empresas para desvincularse de la patronal que levanta el veto a AfD

La patronal ha decidido mantener su postura sobre la formación patriota y soberanista a pesar del hostigamiento de la izquierda

La decisión de Die Familienunternehmer (Los Empresarios Familiares, FU), la asociación que representa a más de 6.500 empresas familiares alemanas, de poner fin a su veto al partido soberanista AfD, ha generado una intensa reacción política y mediática en Alemania.

El pasado 16 de noviembre, FU anunció que dejaría de excluir a los diputados de AfD y que, a partir de ahora, serían invitados a las reuniones con sus asociados. La presidenta de la organización, Marie-Christine Ostermann, defendió la medida afirmando que «haber dejado de invitar no es democracia».

Reacción del sindicalismo y la izquierda alemana

La medida provocó un contraataque inmediato de políticos, medios y sindicatos. Diversas organizaciones civiles, incluidos ONG, sindicatos y redes activistas, lanzaron campañas para presionar a las empresas y que se desvinculen de FU. Entre ellas, el sindicato Verdi, que cuenta con 1,9 millones de afiliados, acusó a la patronal de «derivar hacia la derecha» y pidió a las compañías que rompan cualquier vínculo con AfD.

El líder sindical Frank Werneke comparó la situación con advertencias históricas: «La historia muestra lo importante que es que el sector empresarial se distancie de los extremistas de derecha».

Por su parte, la ONG de izquierda Campact anunció que “expondrá públicamente a todas las empresas miembros de FU”, acusándolas de alinearse con la ultraderecha. Al no ser pública la lista de miembros, la organización envió cartas a compañías sospechosas solicitando confirmar o negar su pertenencia antes de una fecha límite, advirtiendo que, de no responder, se asumirá que forman parte de la asociación.

Empresas rompen con FU

La presión ya ha tenido resultados visibles: varias empresas han anunciado su abandono de FU, como Rossmann (cadena de droguerías) y Vorwerk (fabricante del robot de cocina Thermomix).

Rossmann confirmó la salida sin dar más detalles, mientras que Vorwerk declaró a FAZ que «AfD es incompatible con los valores democráticos». Otras compañías, como Melitta (cafeteras) y Goldbeck (construcción), están revisando su pertenencia a la asociación.

Incluso la presión alcanza al entorno empresarial: Deutsche Bank rescindió el contrato de alquiler de la sede donde FU organiza su principal evento en Berlín.

FU mantiene su postura

A pesar de las críticas y la presión mediática, la patronal defiende su decisión. Subraya que dialogar con el principal partido de la oposición, que ronda el 27% en los sondeos, es fundamental en democracia.

En un comunicado del 24 de noviembre, FU señaló: «Hablar con quien piensa distinto no significa aceptar sus posiciones. Dejar de dialogar significa abandonar el debate y dejar el terreno libre a los extremistas». Agregaron: «La democracia vive de la confrontación de ideas, no del silencio».

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