Repunte de agresiones sexuales vinculadas a inmigrantes del Magreb que generan indignación y demandas urgentes de control migratorio
España cierra un año negro en materia de seguridad ciudadana, con un preocupante repunte de agresiones sexuales vinculadas a inmigrantes procedentes del Magreb que ha generado indignación y demandas urgentes de control migratorio.
Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez mantiene una política de fronteras abiertas y permisiva, los datos y casos concretos revelan una sobrerrepresentación alarmante de ciudadanos marroquíes y argelinos en delitos contra la libertad sexual, especialmente en regiones como Navarra y el País Vasco. Allí la delincuencia importada amenaza la tranquilidad de los españoles.
En lo que va de 2025, los delitos contra la libertad sexual han mantenido una tendencia al alza, con miles de denuncias que incluyen violaciones grupales y agresiones individuales.
Fuentes policiales e informes autonómicos apuntan directamente a un perfil recurrente: varones jóvenes magrebíes, muchos en situación irregular, con órdenes de expulsión ignoradas y antecedentes por robos violentos o tráfico de drogas.
El 60% de las agresiones
La Ertzaintza, en su primer informe desglosado por origen, ha destapado la cruda realidad en el País Vasco: los extranjeros cometen el 60% de las agresiones sexuales pese a representar solo el 14% de la población… Y los magrebíes lideran con diferencia esta estadística demoledora, perpetrando hasta 30 veces más delitos sexuales que los nacionales en proporción.
El caso más escandaloso ha sido la violación en manada de una joven universitaria en Pamplona el pasado octubre, perpetrada por cuatro magrebíes. Tres de ellos con órdenes de expulsión pendientes. Fue en un asentamiento ilegal tolerado por el Ayuntamiento bilduetarra de Joseba Asiron.
La víctima fue arrastrada a un campamento de tiendas junto al río Arga, donde sufrió una brutal agresión grupal. Los cuatro agresores, de entre 25 y 36 años, ya están en prisión tras contradecirse ante la juez, pero el daño está hecho. Y Pamplona registra un incremento del 77% en agresiones sexuales solo en el primer semestre, convirtiéndose en epicentro de la inseguridad provocada por la inmigración descontrolada.
No son casos aislados
No es un caso aislado. En agosto, la Ertzaintza detuvo a más de 320 magrebíes por robos con violencia y agresiones sexuales en el País Vasco, confirmando que estos colectivos dominan la delincuencia estacional en playas y plazas.
En Navarra, las violaciones han explotado un 77% en Pamplona, con bandas magrebíes okupando edificios abandonados y sembrando el terror con reyertas, robos y ataques sexuales.
Expertos policiales denuncian que la legislación laxista del Gobierno socialista impide expulsiones efectivas: «Es muy complicado echar a marroquíes y argelinos«, admiten desde JUPOL. Esto es porque requieren pasaporte en vigor y cooperación de países que miran para otro lado. Tres de los violadores de Pamplona acumulaban órdenes de expulsión sin cumplir, un patrón repetido que permite a reincidentes seguir delinquiendo.
Ocultación de la realidad de la inmigración
Mientras, el Ministerio del Interior oculta desgloses nacionales por nacionalidad. Eso pese a que datos históricos muestran a magrebíes encabezando violaciones grupales. Pero la realidad en la calle es incontestable… Los extranjeros cometen proporcionalmente hasta cinco veces más delitos sexuales que los españoles.
En un país con más de siete millones de inmigrantes, esta sobrerrepresentación no es casualidad, sino consecuencia de una inmigración masiva sin filtros ni integración.
Ante ello, muchos ciudadanos y VOX desde hace más de un lustro exigen respuestas. Entre ellas, control de fronteras, expulsiones inmediatas y fin al buenismo. Todo ello pone en riesgo a nuestras mujeres e hijas. La seguridad nacional no admite más demoras.








