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La rebelión interna en el PSOE crece donde 170 mujeres socialistas han firmado un manifiesto de apoyo a Silvia Fraga

El PSOE afronta un nuevo incendio interno, y esta vez el fuego viene de sus propias filas

El PSOE afronta un nuevo incendio interno, y esta vez el fuego viene de sus propias filas. Un total de 170 mujeres socialistas han firmado un manifiesto de apoyo a Silvia Fraga, la exsecretaria de Igualdad del PSdeG que dimitió por la vergonzosa gestión del partido ante las denuncias de acoso sexual contra José Tomé, presidente de la Diputación de Lugo. El mensaje es claro y demoledor para la cúpula sanchista: el feminismo de pancarta ya no cuela cuando se trata de tapar los escándalos de los «compañeros».

Desde la «lealtad al partido», pero con una contundencia inusual, las firmantes exigen «esclarecer los hechos» y advierten de que «no hay espacio para la impunidad». Es un golpe directo a la línea de flotación de un partido que se llena la boca hablando de protección a las mujeres mientras, presuntamente, silencia a las víctimas dentro de su propia casa.

El doble rasero del feminismo socialista

La dimisión de Fraga fue calificada por sus compañeras como un «acto de compromiso feminista», dejando en evidencia a quienes intentaron minimizar o enterrar el caso Tomé. ¿Dónde está el famoso «hermana, yo sí te creo» cuando el acusado es un barón socialista? Parece que para el PSOE, la presunción de inocencia solo aplica a los suyos, mientras que para el resto se aplica la condena mediática inmediata.

Este episodio se suma a una lista cada vez más larga de casos de acoso y comportamientos machistas dentro del partido, como el del exasesor de Moncloa Paco Salazar o el del líder del PSOE en Torremolinos. La hipocresía es tal que hasta sus propias militantes están diciendo «basta».

Un partido roto por los escándalos

El manifiesto de estas 170 mujeres no es solo un apoyo a Fraga, es un síntoma de la descomposición moral del PSOE. Las bases, especialmente las mujeres, están hartas de ver cómo se utilizan las instituciones y el discurso feminista para fines partidistas, mientras se protege a presuntos acosadores si tienen poder o influencia.

Como ya informamos sobre la denuncia contra el líder del PSOE en Torremolinos, el patrón se repite: silencio, encubrimiento y presión a las víctimas para que no hagan ruido. Pero el dique de contención se ha roto y la verdad empieza a salir a la luz.

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La pregunta ahora es si Ferraz tomará nota y depurará responsabilidades o si seguirá intentando matar al mensajero. De momento, 170 mujeres valientes han dejado claro que no van a callar.

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