La Fiscalía Anticorrupción ha destapado una conexión explosiva que vincula el rescate millonario a la aerolínea Plus Ultra con una mafia internacional dedicada al blanqueo de oro procedente de Venezuela y a la malversación de ayudas sociales del régimen chavista. La investigación, que permanece bajo secreto parcial, revela que los fondos públicos españoles utilizados para salvar a la aerolínea podrían haberse mezclado con dinero sucio procedente de actividades criminales en el país caribeño.
Según el informe de Anticorrupción, los fondos malversados no solo procedían del blanqueo de oro venezolano, sino también de subvenciones del chavismo destinadas al reparto de alimentos entre la población más vulnerable. Es decir, dinero que debería haber servido para alimentar a los venezolanos hambrientos acabó en los bolsillos de una red criminal que operaba a ambos lados del Atlántico.
El rescate a Plus Ultra, un escándalo desde el principio
El rescate a Plus Ultra siempre olió mal. Desde el momento en que el Gobierno de Sánchez decidió inyectar 53 millones de euros de dinero público en una aerolínea prácticamente desconocida, con graves problemas financieros y con conexiones más que dudosas, las alarmas saltaron. ¿Por qué rescatar a Plus Ultra y no a otras compañías españolas en situación similar o incluso mejor? La respuesta, como siempre, hay que buscarla en los intereses ocultos y las conexiones políticas.
Plus Ultra tenía entre sus accionistas a empresarios venezolanos con vínculos directos con el régimen de Maduro. Y esos vínculos, según la investigación de Anticorrupción, no eran meramente comerciales, sino que formaban parte de una red de blanqueo de capitales y malversación de fondos públicos que operaba a escala internacional.
Como ya informamos sobre el apoyo de Sánchez a imputados, el presidente del Gobierno no tiene ningún problema en relacionarse con personajes de dudosa reputación si eso le sirve para sus intereses políticos. Y el caso Plus Ultra es un ejemplo perfecto de esa falta de escrúpulos.
Venezuela, el paraíso de la corrupción chavista
La conexión venezolana del caso Plus Ultra no es casual. El régimen de Maduro ha convertido a Venezuela en un paraíso para la corrupción, el narcotráfico y el blanqueo de capitales. El oro venezolano, extraído de forma ilegal y sin ningún control, se blanquea a través de redes internacionales que operan en países como España, Portugal, Turquía o Emiratos Árabes.
Pero lo más grave es que, según la investigación, parte de los fondos malversados procedían de ayudas sociales destinadas a la población más vulnerable de Venezuela. Dinero que debería haber servido para comprar alimentos y medicinas para un pueblo hambriento acabó financiando el lujo y la corrupción de una élite criminal que opera a ambos lados del Atlántico.
La Audiencia Nacional recomienda ampliar la investigación
La Audiencia Nacional ha recomendado enviar toda esta información al juzgado de Madrid que investiga el rescate a Plus Ultra, para que se determine si hubo conocimiento por parte de los responsables del Gobierno de estas conexiones criminales. La pregunta es: ¿sabía el Gobierno que estaba rescatando a una aerolínea vinculada a una red de blanqueo de capitales y malversación de fondos venezolanos? Y si lo sabía, ¿por qué siguió adelante con el rescate?
Las respuestas a estas preguntas son fundamentales para determinar el alcance de la responsabilidad política y penal de los implicados. Si se demuestra que el Gobierno conocía estas conexiones y aun así decidió inyectar dinero público en Plus Ultra, estaríamos ante un caso de corrupción de dimensiones colosales que podría tener consecuencias devastadoras para el Ejecutivo.
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El caso Plus Ultra se complica cada día que pasa. La conexión con Venezuela, el blanqueo de oro, la malversación de ayudas sociales… Todo apunta a una trama de corrupción de dimensiones internacionales en la que el Gobierno español podría estar implicado, al menos por negligencia o por mirar hacia otro lado. La justicia debe llegar hasta el final y depurar todas las responsabilidades, caiga quien caiga. Los españoles merecen saber la verdad sobre dónde fue a parar su dinero.








