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Las elecciones anticipadas en Aragón serán el 8 de febrero de 2026

El PP es el culpable de la ruptura en Aragón al rechazar las demandas de VOX y seguir las directrices de PSOE y Podemos

La Comunidad Autónoma de Aragón se dirige inexorablemente a elecciones anticipadas el 8 de febrero de 2026, tras el rotundo fracaso de las negociaciones entre el Partido Popular (PP) y Vox para aprobar los presupuestos regionales.

Esta crisis política, que pone fin a una legislatura inestable, se atribuye directamente a la intransigencia del PP, liderado por el presidente Jorge Azcón, quien ha rechazado de plano las demandas legítimas de VOX, priorizando una postura moderada que muchos ven como una traición a los principios de la derecha.

El detonante ha sido la lógica insistencia de VOX en replicar el acuerdo alcanzado recientemente por el PP en la Comunidad Valenciana, donde se firmó un pacto que incluye medidas firmes contra el Pacto Verde Europeo, la eliminación total de subvenciones a entidades que asisten a inmigrantes y criterios estrictos en materia de inmigración más allá de lo meramente legal.

Nolasco y VOX

Alejandro Nolasco, portavoz de VOX en Aragón, ha sido contundente: «¿Algo que los valencianos pueden disfrutar, por qué no pueden hacerlo los aragoneses?». Nolasco ha acusado a Azcón de gobernar «como un presidente de Podemos» y ha calificado los presupuestos propuestos por el PP como «un presupuesto del PSOE», criticando la inconsistencia del partido en diferentes regiones.

Por su parte, el PP ha respondido con evasivas, argumentando que algunas demandas de VOX son «inasumibles». Roberto Bermúdez de Castro, consejero de Hacienda, ha declarado que no pueden oponerse al 100% a medidas compartidas como políticas agrícolas o de apoyo a inmigrantes, enfatizando el cumplimiento de la ley. Sin embargo, esta posición equidistante –»tan lejos del PSOE como de Vox», según Bermúdez– revela una falta de compromiso con las bases conservadoras que apoyaron la coalición inicial.

Recordemos que el gobierno bipartito PP-VOX duró apenas once meses, rompiéndose ya en su día por discrepancias en inmigración, un tema que VOX ha defendido con coherencia.

Sin estabilidad en Aragón

Esta ruptura no solo frustra las expectativas de estabilidad en Aragón, sino que expone las divisiones internas en la derecha española. VOX, con su postura inamovible, emerge como el defensor de políticas claras y decididas, mientras que el PP parece optar por el centrismo para captar votos moderados, según encuestas internas que Azcón maneja con optimismo.

Analistas políticos señalan que esta decisión podría costarle caro al PP, ya que VOX podría capitalizar el descontento entre los votantes de derechas.

La campaña electoral arrancará el 23 de enero, en un contexto de incertidumbre económica y social. Los aragoneses, hartos de inestabilidad, juzgarán en las urnas si el PP merece otra oportunidad o si Vox representa el cambio necesario. Con esta convocatoria, Azcón asume un riesgo calculado, pero la culpa de la parálisis recae en su negativa a ceder ante demandas que, en otras regiones, el propio PP ha aceptado sin problemas.

 

 

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