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Los incendios de España ya provocan las mayores emisiones de carbono desde 2003

Las partículas de ceniza de los incendios en la península Ibérica se han propagado por Francia, el Reino Unido y Escandinavia

Son datos oficiales que revela RTVE. Y de nuevo no es el cambio climático. Los incendios que han azotado el noroeste peninsular de España han provocado un aumento excepcional de las emisiones de carbono.

Según el Servicio de Monitoreo Atmosférico de Copernicus (CAMS), a principios de mes, las emisiones acumuladas de carbono por incendios forestales en España se situaron por debajo de la media estacional, a pesar de varios incendios activos.

Sin embargo, en tan solo unos días, una actividad de incendios sin precedentes en varias comunidades como Castilla y León o Galicia han elevado las emisiones totales de incendios forestales del país para 2025, convirtiéndose en el total anual más alto en los 23 años registrados en el conjunto de datos del CAMS.

Las observaciones de la red española de vigilancia de la calidad del aire y del sistema de predicción y vigilancia del CAMS muestran que la calidad del aire en una amplia región de España se ha deteriorado, con concentraciones de partículas finas PM2.5 muy por encima de las directrices de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud. Todo ello provocado porque el humo se ha propagado cientos de kilómetros, reduciendo la calidad del aire mucho más allá de las zonas de incendio inmediatas.

Concretamente, las partículas de ceniza de los incendios en la península Ibérica se ha propagado por Francia, el Reino Unido y Escandinavia, sumándose al humo de los incendios forestales canadienses que cruzan el Atlántico.

Por todo ello, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha advertido de que el humo de los incendios forestales está asociado a aumentos de mortalidad por causas respiratorias y cardiovasculares.

Ola de incendios

Así se ha mostrado la sociedad, que ha querido expresar su preocupación ante la ola de incendios forestales y las elevadas temperaturas que afectan a España y que, por el momento, ya han arrasado más de más de 400.000 hectáreas.

Además, la SEE señala que estos incendios emiten partículas altamente tóxicas que pueden llegar a miles de kilómetros de distancia y cuyos efectos se relacionan con ingresos hospitalarios, partos prematuros e incluso bajo peso al nacer.

La sociedad científica subraya que ciertos fenómenos meteorológicos como las inundaciones, los incendios forestales o las olas de calor pueden afectar a la salud mental.

«Los incendios forestales, además, contribuyen a la despoblación, en zonas ya muy afectadas por ese fenómeno, lo cual tiene también consecuencias directas sobre la salud de la población, como desplazamientos y desarraigos, pérdidas sociales, o menor acceso a servicios asistenciales sanitarios, entre otras», añade.

Amenaza real

Para la SEE, la convergencia entre incendios de gran magnitud y deforestación constituyen «una amenaza real y creciente para la salud pública».

«Los incendios y otros fenómenos meteorológicos extremos, que serán cada vez más frecuentes, son una amenaza global que requiere de preparación y respuesta inmediata», apunta la SEE, al tiempo que recuerda la importancia de contar con herramientas y planes de actuación que integren la perspectiva de salud pública.

Por ello hacen un llamamiento a reforzar, también desde la salud pública, la vigilancia, la prevención y la protección de la población con mayor riesgo: personas mayores, menores de edad, personas sin hogar o en riesgo habitacional, o con enfermedades crónicas.

«Ante esta y otras catástrofes, la atención a las personas en situación de vulnerabilidad debe ser una prioridad, garantizando el acceso a medicamentos, alimentación adecuada y apoyo psicológico».

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