Es el segundo caso de liberación de un inmigrante en dos semanas: en este caso, en la prisión de Wandsworth, en el sur de Londres
El Reino Unido vive un nuevo escándalo penitenciario, otro más, otro curioso error más. Un delincuente sexual de origen argelino, de 24 años, fue liberado por error de la prisión de Wandsworth, al sur de Londres. La Policía Metropolitana no fue informada hasta seis días después, el martes 4 de noviembre, cuando el fugitivo ya había desaparecido. Así lo relata La Gaceta.
El hombre cumplía condena por allanamiento con intención de robo, aunque ya había sido condenado anteriormente por exhibicionismo sexual.
Su liberación se produce apenas dos semanas después de otro caso similar, el del etíope Hadush Kebatu, también delincuente sexual. Fue excarcelado por error, como contamos en LA BANDERA, desde la prisión de Chelmsford, en Essex, en lugar de ser trasladado a un centro de deportación.
El viceprimer ministro David Lammy se mostró “indignado y consternado por la liberación por error de un criminal extranjero”. Aseguró que sus funcionarios “trabajan día y noche para devolverlo a prisión”.
Sin embargo, Lammy se negó, como apunta La Gaceta, a responder durante el pleno de la Cámara de los Comunes si hubo más extranjeros liberados por equivocación, lo que ha aumentado la presión sobre su Gobierno.
Búsqueda urgente
La Policía ha iniciado una búsqueda urgente del prófugo delincuente. “Estamos realizando indagaciones para localizar al hombre y devolverlo a custodia”, informó un portavoz.
Las autoridades no han explicado por qué el Servicio Penitenciario tardó seis días en informar a la policía, ni si Lammy fue notificado antes de responder en el Parlamento.
Tormenta política
El caso ha provocado otra tormenta política. El portavoz de Justicia del Partido Conservador, Robert Jenrick, denunció que “las liberaciones accidentales de presos se han duplicado bajo este Gobierno”… Y acusó al Ejecutivo laborista de poner en peligro a los británicos “por pura incompetencia”.
Vecinos de Wandsworth calificaron el episodio del delincuente como una “vergüenza absoluta. La prisión es un caos, nada funciona ahí dentro”, dijo un residente a The Telegraph. “Es inaceptable que sigan liberando delincuentes sexuales por error. Nos hace sentir inseguros en nuestra propia ciudad”.
