La líder opositora venezolana llega a Noruega tras 16 meses escondida y lo celebra de madrugada con decenas de exiliados
María Corina Machado, ganadora del Premio Nobel de la Paz, aterrizó en Oslo pasada la medianoche del miércoles, apenas unas horas después de que su hija Ana Corina Sosa recogiera el galardón en su nombre. La líder opositora venezolana permaneció 16 meses en la clandestinidad para evitar su detención por el régimen de Nicolás Maduro.
Sobre las 02:30 de la madrugada, Machado salió al balcón del Grand Hotel de Oslo y saludó a las decenas de venezolanos que la esperaban. El digital La Nación Española precisa que Minutos después bajó a la calle, rompió el cordón de seguridad a pesar del riesgo de atentado chavista, y abrazó a los congregados mientras todos cantaban el himno nacional entre gritos de Venezuela libre.
La líder opositora no logró llegar a tiempo a la ceremonia oficial de entrega del Nobel, que se celebró horas antes, por lo que su hija Ana Corina Sosa subió al escenario en su representación.
Un milagro que muchos venezolanos arriesgaron la vida
El director del Comité Nobel noruego, Jørgen Watne Frydnes, anunció cerca de la medianoche la llegada de Machado al aeropuerto de Oslo. Explicó que la opositora se retiraría primero a reunirse con su familia y no hablaría esa noche ante la prensa. En la capital noruega la esperaban su madre, Corina Parisca, su hijo Ricardo, su hija Ana Corina y figuras como Leopoldo López.
En un vídeo difundido por la televisión pública noruega, Machado calificó su presencia en Oslo de un milagro y aseguró que muchos venezolanos arriesgaron sus vidas para que ella pueda estar esa noche con los exiliados venezolanos.
Si bien evitó dar detalles para no ponerlos en mayor peligro y que la narcodictadura los asesine, detalló que estará físicamente donde crea que puede contribuir mejor a la causa de la liberación de Venezuela: «hasta ese momento, no hace mucho, creía que tenía que estar en Venezuela, y ahora creo que tengo que estar en Oslo«, añadió.
Machado reconoció que el abrazo con sus seres queridos ha sido muy emotivo. «No había visto a mis hijos en casi dos años«, relató. También se reencontró con su madre, a quien no veía desde hacía seis meses, y con su marido, hermanas, amigos y colegas.
«Hay personas a las que quiero mucho, profundamente, a las que no había visto en más de diez años y a las que acabé de conocer hace unos minutos», expresó en emocionadas declaraciones recogidas por La Razón.








