Nueva polémica, y de las importantes, en Cartagena; esta vez debido a su Catedral, la única en toda España que no ha sido restaurada tras la Guerra Civil
El Ayuntamiento de Cartagena había formalizado un proyecto de restauración de la Catedral de Santa María la Mayor, considerado por la sociedad civil de “chapuza”, “vergüenza” y en “sacrilegio”. Se trataba, en definitiva, de transformar la catedral en otra cosa. Y no restaurarla como tal.
Por fortuna, el proyecto ha quedado oficialmente suspendido tras la resolución del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales. La decisión judicial responde al recurso especial presentado por Jesús Giménez Gallo, portavoz municipal de MC Cartagena, quien denunció irregularidades en el procedimiento de adjudicación.
El recurso argumenta que «el proyecto adjudicado incumple el pliego de condiciones técnicas y vulnera el Plan Director de la Catedral, al proponer una intervención que desvirtúa su arquitectura original y su función litúrgica».
Desde MC Cartagena se ha celebrado la eficacia del recurso, que ha frenado un proyecto que ya estaba adjudicado y cuya tramitación seguía adelante “a espaldas de la ciudadanía”, según denuncian.
Desprecio a Cartagena
Además, la Asociación Origen irá a los tribunales por este asunto. “Es la crónica de una chapuza política firmada por supuestos expertos” y dirigida por el PP, seguramente desde Murcia.
Para este colectivo, Cartagena vuelve a ser el blanco de la desidia institucional, del desprecio cultural y del desprestigio intelectual. Todo por la aprobación, ahora frenada, de “un proyecto indigno para la restauración de la Catedral de Cartagena, un edificio sagrado, monumental y simbólico que sigue reducido a ruinas desde su bombardeo durante la Guerra Civil y posterior destrucción política. Otras si fueron reconstruidas como las Catedrales de Lérida, Barcelona, Oviedo”.
Burla revestida de maqueta
El llamado ‘Plan Director de Restauración de la Catedral de Cartagena’ no es una “propuesta arquitectónica seria. Es una burla revestida de maqueta. Un diseño que pretende cubrir las ruinas con planchas de madera y pasarelas, sin restaurar la iglesia ni devolverle su dignidad espiritual ni patrimonial”.
Por ello, “no propone reconstrucción, ni culto, ni espacio de recogimiento. Solo un decorado estéril, frío y estéticamente inaceptable”.
Para la Asociación, “la lista de firmantes del jurado que ha avalado este disparate es extensa… pero lamentablemente no representa ni al patrimonio ni a Cartagena”. De hecho, algunos de ellos se esconden tras títulos académicos y cargos institucionales, pero han antepuesto intereses políticos, ascensos y silencios cómplices a la verdad arquitectónica.
Cómplices contra Cartagena
Entre ellos se encuentran, destaca la Asociación, Luis Miguel Pérez-Adán, cronista oficial de Cartagena, “convertido en colaborador del desmantelamiento patrimonial de la ciudad que debería defender”.
También Noelia Arroyo, alcaldesa, “cuya acción es inversamente proporcional a su compromiso con la restauración íntegra de la Catedral”. O Elena Ruiz Valderas, diputada del Partido Popular, que ha “elegido obedecer a su partido antes que a su conciencia”.
Y representantes de la Universidad Politécnica, la UCAM, el Colegio de Arquitectos, la CARM, e incluso el Museo Catedralicio “todos alineados, como un solo bloque, para impedir lo que en cualquier lugar sería incuestionable”.
La Asociación recuerda que la única Catedral histórica en la región reconocida por el Vaticano es la de Cartagena. La llamada erróneamente ‘Catedral de Murcia’ jamás puede ser Catedral porque no es Cabeza Episcopal, lo es Cartagena con la Carthaginense.
“Por eso lo intentan silenciar. Que si se reconstruye, la Catedral de CT“ definitivamente la mal llamada Catedral de Murcia quedaría como lo que es, una iglesia. Y eso, en esta región donde todo gira en torno al centralismo murciano, no lo pueden permitir. Por eso se sabotea cualquier intento de reconstrucción. Por eso se mutila la historia. Por eso se presentan planes mediocres, maquillados con titulares y falsas unanimidades”.
Cartagena, capital histórica
Por lo tanto, lo que está en juego no es una ruina, es la dignidad de Cartagena como capital espiritual, histórica y eclesiástica. Cartagena no acepta esta farsa Cartagena no va a aceptar una cubierta de madera como consuelo”.
Y “no va a tolerar que expertos vendidos decidan su memoria. No va a permanecer en silencio mientras una Catedral se convierte en parque temático. Ya lo han hecho y destruido con el destruido Palacio de Asdrubal en el Molinete”.








