En una chapucería sin verificar, también firmaron ‘Minabo de Kiev Txapote’, ‘Agar Ramel Rabo’, el general Mola y el criminal nazi Adolf Eichmann
Al esperpento de la procesión laica organizada por el PSOE para mostrar apoyo espontáneo a Sánchez, culminado por la aristocracia del partido lloriqueando, literalmente, sobre los militantes congregados en Ferraz, se ha unido la criminalización de la prensa libre y la judicatura por parte de los abajofirmantes habituales.
Un grupo de autopercibidos periodistas han emitido un manifiesto tachando de golpistas a jueces que investigan casos de corrupción que, presuntamente, salpican a cabecillas socialistas y su entorno, y también han marcado como enemigos de la banda a los medios que no informan al dictado de Ferraz.
En un rápido repaso del documento, el periodista Rafa López encontró tal cúmulo de disparates entre los firmantes que, sin obstar la comicidad, evidencia en qué degenera la prensa cuando se subcontrata por un Gobierno: ausencia total de rigor, chapucería, cutrez y violencia.
Marca izquierda: violencia y chapucería
Aunque hay firmantes que sí detentan titulación de periodismo -compaginado con la de masajistas-, el desastroso sistema de verificación de si es que existe, incluye nombres que no guardan relación conocida con el oficio (Cristiano Ronaldo) o fallecidos, como Rubalcaba, Jeffrey Epstein y el General Mola.
Con el rigor periodístico esperable, tampoco se verificaron firmas ficticias en las que abundan diferentes combinaciones con la palabra ‘Nabo’ (Minabo de Kiev Txapote, Mina Bogordo, Agar Ramel Rabo) o directamente nombres de pila a secas.
Elentir, también se ha hecho eco de la investigación del periodista, desglosando en su blog contando estrelas los firmantes más notorios que se sumaron a la iniciativa.
Un manifiesto vergonzante con unos firmantes a la altura
La violencia verbal del manifiesto, así como las llamadas a la movilización callejera y el acoso en redes sociales contra jueces y periodistas sin el marchamo de la hez ideológica socialista ha resultado la enésima chapuzada, porque ni siquiera han sabido verificar las firmas.
La acumulación de firmas de una serie de personajes (ficticios y fallecidos) en apoyo del presidente profundamente enamorado plantean serias dudas sobre si son ‘miles de periodistas’ quienes respaldan el documento del comisariado político de turno.








