La expareja de José Fernando Ortega ha sido hallada sin vida en su domicilio. Las primeras hipótesis apuntan a un posible fallo cardíaco.
María Rodríguez Gamaza, conocida públicamente como Michu, ha fallecido de forma repentina a los 33 años en su domicilio. La noticia ha causado una gran conmoción en el entorno de José Fernando Ortega y, por extensión, en una de las familias más mediáticas del panorama español: los Ortega Cano-Jurado.
Según informa la revista Semana, el cuerpo de la joven gaditana fue hallado sin vida por causas que aún no han sido oficialmente confirmadas. No obstante, las primeras informaciones apuntan a una posible causa de origen cardíaco. Michu padecía una enfermedad coronaria congénita, por la cual fue intervenida quirúrgicamente en 2018. Desde entonces, su salud fue una constante montaña rusa que la obligó a pasar en más de una ocasión por el quirófano. Los médicos le reconocieron una discapacidad del 38%.
Una vida marcada por el foco mediático y la lucha personal
Michu se convirtió en personaje habitual de la crónica social a raíz de su relación con José Fernando Ortega, hijo de Ortega Cano y de la recordada Rocío Jurado. Su historia comenzó en 2013, tras conocerse en una discoteca. De aquella relación nació su única hija en común, Rocío, que hoy queda huérfana de madre. Aunque su vínculo sentimental se rompió en 2017, ambos retomaron el contacto de manera intermitente en años posteriores.
El pasado 2024, la pareja vivió uno de sus episodios más delicados. Michu confesó haber estado embarazada de nuevo, pero sufrió un aborto pocas semanas después. «Me enteré de que estaba embarazada el mismo día que vi a José Fernando besándose con otra», reveló entonces en declaraciones que dejaron entrever el duro momento emocional por el que atravesaba.
Silencio mediático y un nuevo rumbo profesional
Lejos de los platós y titulares, en el último año Michu se había mantenido apartada del foco mediático. Había rehecho su vida en la esfera profesional trabajando como consultora en una empresa de productos de belleza. Una firma, paradójicamente, vinculada indirectamente a su pasado: su embajadora es Rocío Flores, sobrina de su expareja.
Una pérdida que deja preguntas y tristeza
Su fallecimiento ha generado una oleada de mensajes de incredulidad y pésame en redes sociales. La familia Ortega aún no ha emitido ningún comunicado oficial, mientras se espera el resultado de la autopsia que aclare las causas exactas de su muerte.
La historia de Michu, una mujer que vivió en la intersección entre el mundo del corazón y una enfermedad silenciosa, se cierra de forma trágica dejando una profunda huella. Su hija Rocío, aún menor de edad, queda ahora en el centro de una historia marcada por la exposición pública, las segundas oportunidades y el dolor de una pérdida prematura.








