La violencia y el desprecio por la ley se han cobrado esta madrugada cuatro vidas en Málaga, incluida la de un agente de la Policía Nacional, tras una persecución a gran velocidad que se inició tras el asalto a una farmacia en el barrio de Puerto de la Torre.
Según fuentes oficiales y recogido por Diario SUR, el suceso se produjo sobre las 5:30 de la madrugada en una salida de la A-7 en dirección Torremolinos, donde se produjo una colisión frontal entre el vehículo en el que huían tres delincuentes y otro coche en el que, según las primeras informaciones, viajaba un policía.
El origen del incidente fue el violento robo de una farmacia situada en calle Lope de Rueda en Málaga, donde los ladrones estrellaron un coche contra la fachada del establecimiento. La rápida respuesta de los cuerpos de seguridad activó un dispositivo conjunto entre Policía Nacional y Policía Local.
Durante la persecución, los fugitivos circulaban a gran velocidad en un vehículo de alta cilindrada. Todo apunta a que iban en sentido contrario por la autovía, provocando la colisión que ha costado la vida a los tres ocupantes del coche robado y a un agente que circulaba en dirección correcta.
Una tragedia que interpela al Estado de Derecho
El siniestro, que está siendo investigado por la Guardia Civil de Tráfico de Málaga, ha generado una oleada de indignación entre los agentes y la ciudadanía. Mientras algunos apuntan a que el accidente ocurrió en plena persecución, otras versiones sostienen que el coche de los delincuentes ya no estaba siendo seguido activamente en el momento del impacto.
En cualquier caso, el resultado es el mismo: cuatro muertos, entre ellos un servidor público que perdió la vida en acto de servicio, frente a tres individuos que despreciaron la ley hasta su último segundo.
Mientras las autoridades siguen tolerando la reincidencia y la impunidad, los delincuentes circulan a sus anchas, y los que ponen el cuerpo por la seguridad de todos acaban pagando el precio más alto.
