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239 niños cristianos siguen secuestrados en Nigeria, los obispos hablan de ‘connivencia’ policial y Tinubu decreta el estado de emergencia

Nigeria vuelve a vivir una de sus noches más oscuras. 239 alumnos de la escuela católica Saint Mary siguen retenidos por grupos armados casi una semana después del secuestro masivo que conmocionó al mundo. La violencia vuelve a niveles insoportables mientras la Iglesia denuncia lo que muchos temían: retrasos, silencio y una desprotección que roza la complicidad.

El presidente Bola Tinubu, desbordado por la magnitud de la crisis, ha decretado el estado de emergencia nacional y ordenado duplicar el número de soldados desplegados. Pero la pregunta es inevitable:
¿llega tarde?

Un secuestro masivo que Nigeria no puede (o no quiere) controlar

El 21 de noviembre, hombres armados irrumpieron en la escuela católica Saint Mary y secuestraron a 315 personas entre alumnos y profesores.

  • Unas 50 lograron escapar…
  • Pero 265 siguen desaparecidas.
  • Y entre ellas, 239 son niños.

Los obispos lo han dicho alto y claro: “Hay retrasos o falta de respuesta” de las fuerzas de seguridad. Y no es la primera vez.

El comunicado episcopal habla de una situación “deplorable”, de un país “arrasado por la criminalidad” y de ataques recurrentes en regiones de mayoría cristiana. Pero el párrafo que ha encendido todas las alarmas es otro:

—“En algunos casos han llegado informes inquietantes de connivencia o falta de voluntad de actuar”.

En un país donde la violencia yihadista ha penetrado instituciones, aldeas, iglesias y cuarteles, estas palabras no son una denuncia:
son una acusación directa.

El mapa del horror: ataques, asesinatos y desplazamientos masivos

La Conferencia Episcopal ha enumerado cifras que estremecen:

  • Secuestro de 38 fieles episcopalianos en Kwara.
  • Secuestro de 25 chicas en Kebbi.
  • 13 campesinas raptadas en Borno.
  • La masacre de más de 70 personas en Taraba.
  • Miles de desplazados internos.
  • El asesinato del General de Brigada Musa Uba y varios miembros de seguridad.

Nigeria vive una espiral que ni el Ejército ni la Policía han logrado frenar.
Boko Haram, ISWAP y las milicias Fulani operan con total impunidad en el norte y centro del país.

Para los obispos, lo que está ocurriendo tiene un nombre que Europa evita pronunciar:
persecución religiosa sistemática.

El gran Imán de Al-Azhar rompe el silencio: solidaridad… y presión moral

En medio del caos, una voz inesperada se ha sumado:
Ahmed Al-Tayeb, el gran Imán de Al-Azhar (Egipto) —la institución suní más influyente del mundo— ha expresado su “solidaridad plena” con las familias de los pequeños secuestrados.

Que el mayor referente islámico dé este paso tiene un mensaje implícito:
esto no va de cristianos contra musulmanes, sino de terroristas contra inocentes.

Y añade presión política al Gobierno nigeriano, que ya no puede esconder la crisis bajo la etiqueta de “conflictos tribales”.

Tinubu decreta el estado de emergencia: Nigeria entra en fase crítica

Presionado por la Iglesia, por líderes internacionales y por la indignación interna, Tinubu ha anunciado medidas extraordinarias:

  • Estado de emergencia nacional.
  • Aumento del Ejército de 20.000 a 50.000 soldados.
  • Despliegues masivos en el norte y noroeste.
  • Reclutamiento acelerado.

Su mensaje fue una mezcla de autoridad y súplica:

—“Compatriotas nigerianos, esta es una emergencia nacional.”
—“Debemos involucrarnos todos en la seguridad de nuestra nación.”

El problema es que Nigeria lleva 15 años declarando emergencias parciales sin éxito.
Y los secuestros crecieron.

¿Genocidio anticristiano? La palabra que Occidente evita

Organizaciones cristianas y medios internacionales ya denuncian un patrón:
asesinatos selectivos, pueblos cristianos arrasados, ataques a iglesias y secuestros en masa de niñas y niños.

El artículo relacionado Mientras Europa calla, Trump dispuesto a parar el genocidio de cristianos en Nigeria lo adelantó hace meses: la pasividad internacional está permitiendo un escenario dantesco.

Boko Haram y ISWAP no ocultan su objetivo:
imponer un califato en el norte y borrar la presencia cristiana.

Mientras tanto, Europa mira hacia otro lado.

Trump amenaza con intervenir: “No vamos a permitirlo”

El expresidente Donald Trump, ahora de nuevo figura clave en el tablero internacional, lanzó un mensaje incendiario:

—“Si el Gobierno nigeriano sigue permitiendo la matanza de cristianos, EEUU detendrá toda ayuda e intervendrá si es necesario.”

—“Podrían ser tropas en el terreno. Podrían ser otras cosas.”

Estas palabras no son retórica. Con Nigeria siendo un enclave estratégico de África Occidental, la crisis puede escalar a dimensiones geopolíticas.

La pregunta inevitable: ¿qué está fallando?

La Iglesia lo resume con crudeza: “Nigeria está siendo devorada por la criminalidad”.

El Gobierno responde con tropas. Los terroristas responden con más secuestros. Y los niños siguen desaparecidos.

¿Puede un Estado que no protege escuelas, iglesias ni aldeas seguir llamándose Estado? La respuesta dependerá de lo que pase en las próximas 72 horas.

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