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Nueva ‘tasa’ a tus compras online atacará tu bolsillo para que seas más ecosostenible

El Gobierno de Sánchez, lejos de proteger los intereses de sus contribuyentes, se frota las manos ante la perspectiva de esta vía de ingresos

La maquinaria recaudatoria de la Unión Europea, con el beneplácito entusiasta del Gobierno del PSOE en España, ha vuelto a ponerse en marcha. Esta vez, el objetivo son las pequeñas libertades de consumo de los ciudadanos. Bajo el pretexto de «proteger la competitividad«, Bruselas ha decretado el fin de la era de las compras baratas. A partir del 1 de julio de 2026, cada paquete extracomunitario de bajo coste (menos de 150 euros) que llegue a tu buzón vendrá con un recargo de 3 euros.

Lo que se vende desde los despachos oficiales como una medida de «justicia comercial», esa justicia social que llena de orgullo y satisfacción al bipartidismo, es, en la práctica, un ataque directo al libre mercado y al bolsillo de las familias. Estas verán cómo adquirir productos a precios competitivos en plataformas como Shein o Temu se convierte en un lujo penalizado.

Hasta ahora, la exención de aranceles permitía al consumidor elegir libremente la mejor oferta global; con esta nueva tasa, se impone un proteccionismo rancio que castiga la eficiencia para subvencionar la falta de competitividad europea.

Sánchez se frota las manos

El Gobierno de Sánchez, lejos de proteger los intereses de sus contribuyentes, se frota las manos ante la perspectiva de esta nueva vía de ingresos.

Se estima que el flujo de estos paquetes supera los 4.000 millones anuales; hagan las cuentas del botín. Además, la medida tiene trampa: aunque se anuncia como una solución «transitoria» hasta la reforma aduanera definitiva de 2028, la historia nos enseña que no hay nada más permanente que un impuesto temporal.

Atropello a la libertad económica

En redes sociales, la indignación no se ha hecho esperar. Usuarios denuncian lo que consideran un nuevo atropello a la libertad económica: «Nos dicen dónde comprar y a qué precio, mientras ellos siguen engordando la administración«, critica un internauta.

Al final, la factura de esta guerra de compras contra el comercio online no la pagarán las grandes plataformas asiáticas, sino el ciudadano de a pie, que verá mermado, una vez más, su poder adquisitivo en nombre de una burocracia insaciable.

Tenemos que ser ecosostenibles

Y cómo no, la medida es por nuestro bien ecosostenible. La excusa de los perdedores que asumimos los ‘pagafantas’ habituales. Además del impacto económico, la UE pone el foco en el aspecto medioambiental. El modelo de envíos low cost multiplica el transporte, el uso de embalajes y la huella de carbono asociada al comercio electrónico. Al penalizar este tipo de compras e importaciones, Bruselas espera incentivar modelos más sostenibles y reducir un consumo impulsivo basado en precios extremadamente bajos.

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