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BBVA lanza una ofensiva telefónica para salvar su opa sobre el Sabadell

El banco moviliza a su red comercial ante el rechazo masivo de los accionistas del Sabadell

La dirección del BBVA ha activado su plan más agresivo para intentar rescatar su opa hostil sobre el Banco Sabadell.

Según fuentes conocedoras del proceso, el banco ha ordenado a sus gestores de banca personal que contacten directamente por teléfono con todos los accionistas minoristas del Sabadell, sean o no clientes. La instrucción es tajante: esta tarea debe ser prioritaria por encima incluso de sus propios objetivos comerciales anuales.

Este movimiento se interpreta como una respuesta desesperada ante los últimos acontecimientos que confirman el rechazo masivo de la opa sobre el Sabadell por parte del accionariado del Sabadell.

En concreto, el 75,2% del capital representado en la última junta extraordinaria aprobó de forma contundente la venta de TSB al Santander y el reparto de un dividendo extraordinario de 2.500 millones, como puedes leer aquí.

Una votación que representa un apoyo explícito a la estrategia independiente del banco catalán… y un portazo a las aspiraciones del BBVA.

Solo aspiran al 25% del capital en su opa sobre el Sabadell

El efecto de esta votación ha sido claro: si el 75% del capital aprueba ese plan y no está dispuesto a vender, el BBVA solo podría aspirar al 25% del accionariado. Muy lejos del 30% necesario para ser considerado accionista de control, y aún más del 50% con el que pretendía asegurarse el mando.

Pese a ello, la cúpula del BBVA insiste en seguir adelante. Como ya informó este medio, la opa seguirá en marcha pese al veto del Gobierno y se prevé su lanzamiento formal a partir de septiembre, en cuanto la CNMV lo autorice.

La CNMC y Bruselas, atentas a los movimientos

Mientras tanto, el proceso sigue escalando en complejidad regulatoria. La CNMC ya está ultimando su decisión sobre la operación, y todo indica que no se pondrá fácil. Tampoco desde Europa llegan señales de apoyo: Bruselas ya ha advertido que no aceptará acciones discrecionales por parte del Gobierno español si se perciben como una forma de frenar artificialmente la operación.

Además, la consulta previa lanzada por el Gobierno ha llegado a la Audiencia Nacional, lo que añade un elemento jurídico adicional a una operación que ya está envuelta en una batalla política, empresarial y regulatoria sin precedentes.

El canje, la prima negativa y los impuestos, grandes obstáculos

A nivel financiero, la opa se enfrenta también a obstáculos importantes. La oferta de BBVA sigue cotizando con prima negativa, es decir, las acciones del Sabadell valen más que las del BBVA ofrecidas en el canje, lo que hace la propuesta poco atractiva para los inversores.

A esto se suman los costes fiscales: los accionistas que acudan deberán tributar como si hubieran vendido en mercado abierto.

La única alternativa realista para Torres, presidente del BBVA, sería mejorar las condiciones del canje. Pero esa opción conlleva riesgos: si la cotización de su propio banco cae, la operación podría perder valor para ambas partes.

¿Qué opciones le quedan al BBVA?

Con este escenario, el BBVA solo tiene tres vías posibles: aceptar un 25% del capital sin capacidad de control, subir la oferta y arriesgar la reacción del mercado, o retirar la opa, como ha defendido una parte del Ejecutivo.

Pero incluso si logra el 30%, necesitaría que la CNMV le exima de lanzar una segunda opa en efectivo por el resto, algo que está lejos de estar garantizado.

La ofensiva telefónica que el banco ha puesto en marcha en agosto es una señal clara: saben que están perdiendo, y lo están intentando todo para salvar la operación.

Pero el mensaje del Sabadell, sus accionistas y el mercado ha sido contundente: la independencia tiene más valor que un canje a la baja.

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