Los activistas aseguran que las macrogranjas son los facilitadores del virus, pero los cazadores y los ganaderos califican esto de “mentira grotesca”
El partido animalista PACMA ha vuelto a dar una muestra de su obsesión anticaza. Acusa directamente al sector cinegético de ser el principal responsable de la expansión de la Peste Porcina Africana (PPA) en España.
En su comunicado, los activistas aseguran que “la caza y las macrogranjas” son los grandes facilitadores del virus, una afirmación que los cazadores y los ganaderos califican de “mentira grotesca” y “propaganda ideológica”.
Los datos desmienten punto por punto las acusaciones de PACMA. La sobreabundancia de jabalí –que la propia Unión Europea cifra en más de 3 millones de ejemplares fuera de control– es el vector número uno de la enfermedad. Unido al laboratorio de experimentación vírica porcina y vacucional.
Estudios del Ministerio de Agricultura y de la Comisión Europea señalan que el 84% de los focos positivos en Europa se han detectado en poblaciones de suido silvestre, no en explotaciones cinegéticas reguladas. Es precisamente la caza la que mantiene a raya estas poblaciones y evita daños millonarios en cosechas y, sobre todo, la propagación de enfermedades zoonósicas como la PPA.
Lejos de asumir su parte de responsabilidad, PACMA omite deliberadamente que los brotes más graves en España se han producido en zonas donde los colectivos animalistas han logrado, mediante recursos y denuncias, paralizar la caza del jabalí durante años. Resultado: superpoblación, animales enfermos vagando sin control y salto del virus al ganado doméstico.
Estrictos controles biosanitarios
Tampoco mencionan que muchas de las macrogranjas que tanto critican funcionan bajo estrictos controles biosanitarios muy superiores a los de cualquier explotación extensiva tradicional, y que los brotes en granjas intensivas representan menos del 5 % del total en Europa.
Pero culpar a los ganaderos intensivos suena mejor en sus redes sociales que reconocer que su guerra contra la caza está poniendo en jaque a todo el sector porcino español, el mayor exportador de Europa.
Los cazadores, hartos de ser el chivo expiatorio de los problemas que generan los propios animalistas, exigen a PACMA que retire sus “bulos” y se sienten a trabajar de verdad por la sanidad animal en lugar de seguir viviendo de subvenciones y campañas de odio.
Mientras tanto, el campo español sigue pagando las consecuencias de una ideología, la del Sanchismo y el comunismo y la socialdemocracia, que prefiere animales muertos por enfermedad a una gestión racional y científica de la fauna.








