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Pedro Sánchez: “narcisista terminal” y “psicópata de moqueta roja”

UnivistaTV lo define como ególatra compulsivo, traficante de influencias vestido de estadista cuya relación con la verdad está clínicamente muerta

A Pedro Sánchez lo tenemos muy calado en España y fuera de ella. De hecho, la canción del verano es esa de “Pedro Sánchez, Hijo de P***”.

Y desde Estados Unidos, y a través de una televisión: UnivistaTV, ubicada en Miami, han descrito, con total detalle y acierto a nuestro insigne presidente.

“Y mientras los escándalos estallan uno detrás de otro como petardos de feria, Pedrito el Engominado sigue haciendo lo único que le sale bien, lloriquear en cámara, posar de mártir profesional y culpar a la oposición de los delitos que comete su propia gente”.

Es el inicio demoledor del editorial de UniVista TV, que recoge esDiario. Y es que Pedro Sánchez es “este personaje ha manipulado y destrozado las instituciones del Estado como si fueran su juguete personal, ha convertido la Fiscalía en una máquina de guerra política, la televisión pública en una fábrica de lavado de imagen, y los cargos de poder en una red clientelar de lealtades baratas, donde lo único que importa es cubrirle las espaldas”.

Un secuestrador del poder del Estado

El editorial de UniVista TV define a Pedro Sánchez como “un traficante de influencias vestido de estadista que ha hecho del poder una empresa familiar, de la mentira un proyecto de estado y de la política, un show cutre de supervivencia personal. Y esto no es una mancha, es una cloaca sistemática que ha secuestrado el poder del Estado, y la pregunta ya no es si lo sabía, la pregunta es ¿cuánto controló?, ¿cuánto avaló?, ¿cuánto encubrió?”.

No distingue la ambición del delito 

“Sólo un psicópata de moqueta roja puede salir a pedir perdón por haber confiado demasiado. España no puede seguir gobernada por un hombre cuya relación con la verdad está clínicamente muerta. Un ególatra compulsivo que miente sin pestañear, gobierna sin escrúpulos y usa las instituciones como si fueran suyas. Y lo más grave que lo hace con la sonrisa fría de quien ya no distingue la ambición del delito”.

Por eso, advierte sobre Sánchez. “Si España quiere salvar lo que queda de su democracia tiene que dar por terminado este experimento populista que ha convertido a la Moncloa en un escenario de teatro barato, en instituciones y marionetas de un narcisista terminal”.

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