La ciudad de Telde (Gran Canaria) atraviesa semanas de gran tensión vecinal tras una serie de violentas reyertas entre jóvenes magrebíes que han dejado un fallecido y varios heridos. El último episodio se produjo en la madrugada del jueves en la calle Poeta Pablo Neruda, cuando un menor de 17 años hirió con arma blanca a otro joven. La Policía Nacional lo detuvo horas después en el inmueble donde residía como okupa, tras fugarse días antes de su centro de acogida.
Una escalada de violencia que preocupa a los vecinos
El ambiente ciudadano es de máxima inquietud. Hace solo unos días, en el parque Arnao, un joven magrebí murió apuñalado en otra pelea. A esto se suma una riña en la zona de La Pardilla que obligó incluso a suspender una verbena popular.
Las fuerzas de seguridad reconocen que la situación “va a más” y reclaman discretamente más efectivos en las calles. La Unidad de Drones, la Policía Canaria, la Policía Local y la Policía Nacional ya refuerzan la vigilancia en las zonas más conflictivas.
Los menas y la inseguridad creciente
El caso del joven arrestado ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre los menores extranjeros no acompañados (menas). El alcalde Juan Antonio Peña ha expresado su preocupación por la convivencia vecinal en barrios como San Gregorio y San Juan, donde muchos de estos adolescentes cumplen 18 años, quedan fuera de la red de protección y acaban en la calle sin recursos ni techo.
El propio regidor señala que esa vulnerabilidad “está derivando en ocupación ilegal de viviendas y en conflictos con los vecinos”. Una dinámica que no solo afecta a Telde, sino a toda Canarias y al conjunto de España.
De hecho, la polémica sobre el futuro de estos jóvenes no es nueva. España ya acoge a 19.000 menas, el 94% varones , y comunidades como Castilla-La Mancha han llevado incluso al Constitucional el reparto de menas .
Un municipio en alerta
Las autoridades locales trabajan para calmar a una población visiblemente alterada. Sin embargo, la cadena de sucesos —una pelea el jueves por la noche, un apuñalamiento mortal el viernes y una nueva agresión el jueves siguiente— mantiene en tensión a los vecinos de Telde, que ya hablan de una sensación de inseguridad constante.
Mientras la Policía investiga si los altercados guardan relación entre sí, el temor ciudadano se expande. La realidad es que la delincuencia vinculada a jóvenes extranjeros se ha convertido en uno de los principales problemas de convivencia en este municipio canario.
Conclusión
Las reyertas entre magrebíes en Telde son mucho más que sucesos aislados: representan el reflejo de una crisis migratoria y social que afecta directamente a la seguridad de los barrios. La combinación de centros de menores desbordados, jóvenes fugados y okupaciones ilegales dibuja un escenario que preocupa cada vez más a vecinos y autoridades.








