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Rusia construye su primer robot humanoide, camina como Joe Biden y se cae en la presentación

AIdol, la gran apuesta nacional de robótica con IA, hace el ridículo ante la prensa y reabre el debate sobre los límites de la tecnología local

Un estreno que dejó boquiabiertos a todos: las redes se mofan, porque Rusia construyó AIdol, un ‘»Joe Biden» humanoide. El esperpento de la presentación esta semana del primer robot humanoide ruso impulsado por IA evidenció los desafíos que enfrenta el país para competir con líderes más consolidados como Estados Unidos y China.

El modelo, llamado AIdol, apareció durante una exhibición tecnológica en el Centro de Congresos Yarovit Hall en Moscú. Al subir al escenario, acompañado por dos encargados y con “Gonna Fly Now” de fondo (la banda sonora de Rocky), saludó al público, dio unos pasos, perdió el equilibrio y se cayó.

El personal corrió a cubrirlo con un paño negro y lo retiró, interrumpiendo la demostración. Todo ocurrió ante una audiencia sorprendida, obligada a ver cómo la gran apuesta tecnológica rusa quedaba en evidencia.

Vladimir Vitukhin, director ejecutivo de la startup Idol, explicó que la caída pudo deberse a fallos de calibración provocados por cámaras demasiado sensibles a la iluminación de la sala.

El CEO admite fallos de calibración ante un público incrédulo

“Esto es aprendizaje en tiempo real, cuando un buen error se convierte en conocimiento y un mal error en experiencia”, dijo el CEO ante los asistentes. Añadió que esperaba que este error “se convierta en una experiencia”.

Tras el incidente, el robot regresó al escenario y logró mantenerse de pie con ayuda de sus cuidadores. Vitukhin aseguró que AIdol no sufrió daños. El equipo defendió que AIdol todavía está en un periodo de aprendizaje técnico y operativo.

Aún a años luz del humanoide bailón de Elon Musk, recientemente presentado, los desarrolladores de Idol prevén usar AIdol en áreas de fabricación, logística y servicios públicos como bancos y aeropuertos. Sin embargo, no revelaron qué sistema de inteligencia artificial impulsa al robot ni cuándo arrancará la producción en masa.

Según la empresa, el humanoide puede caminar, manipular objetos y comunicarse con las personas, con hasta seis horas de funcionamiento autónomo. Su rostro, hecho de silicona flexible, expresa al menos doce emociones y cientos de microexpresiones.

Todos los sistemas funcionan sin conexión. Estas características buscan posicionarlo como una herramienta versátil, aunque la falta de detalles sobre su IA deja un vacío significativo. La compañía insiste en que AIdol representa un paso hacia un ecosistema tecnológico propio.

AIdol: un proyecto afectado por sanciones y por la fuga de talento

Idol afirma que el 77% de los componentes de AIdol se fabrican en Rusia y esperan alcanzar el 93% cuando arranque la producción en masa. Pero las sanciones internacionales tras la invasión de Ucrania restringieron la entrada de electrónica avanzada, semiconductores y otras tecnologías clave.

Desde entonces, la robótica rusa ha luchado para mantenerse competitiva. La salida de fabricantes internacionales y la pérdida de talento agudizaron la falta de componentes, agravando la dependencia interna. Este escenario complica cada intento de avanzar hacia un desarrollo más independiente.

El debut accidentado de AIdol evidenció un retraso considerable frente a competidores internacionales. El robot Atlas de Boston Dynamics, por ejemplo, realiza parkour y manipula objetos de forma autónoma. China también ha logrado avances notables en el sector, y la semana pasada Elon Musk afirmó que “Tesla y las empresas chinas dominarán el mercado [de robótica]”.

Putin insiste en una ‘inteligencia artificial soberana’

El presidente Vladimir Putin ha considerado la inteligencia artificial y la robótica pilares estratégicos para Rusia. Reiteró que la IA nacional debe construirse sobre las “propias bases culturales y lingüísticas” del país, calificando esta dirección como “inteligencia artificial soberana”.

La revista Fortune añade que Putin advirtió que la monopolización de la IA sería «muy indeseable» y prometió compartir futuras tecnologías con otras naciones “de la misma manera que compartimos nuestras tecnologías nucleares hoy”.

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