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Sánchez cede en inmigración y lengua para contentar a Puigdemont

El Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a demostrar que su supervivencia política está por encima del interés general de los españoles. En plena negociación con Junts, el Ejecutivo socialista está dispuesto a flexibilizar sus posiciones en dos áreas clave: la inmigración y la lengua catalana.

Detrás de este movimiento está la presión creciente de Carles Puigdemont, que exige blindar el uso del catalán y asumir competencias en materia de extranjería, en plena pugna con la formación ultraindependentista Aliança Catalana.

El catalán como arma política

Según adelanta Moncloa, el plan del Gobierno pasa por obligar a todas las empresas que operan en Cataluña a atender en catalán. Una medida que, en la práctica, supone una imposición lingüística que limita los derechos de los castellanohablantes y eleva la lengua a instrumento de ingeniería social.

Lejos de defender la pluralidad lingüística, el Ejecutivo opta por reforzar el discurso nacionalista a cambio de votos en el Congreso.

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El control de la inmigración, en manos de la Generalitat

Más grave aún es la intención del Consejo de Ministros de someter a votación la cesión de competencias en extranjería a la Generalitat. Una medida que, de aprobarse, permitiría a las autoridades independentistas controlar el flujo migratorio en Cataluña, generando un riesgo evidente de desigualdad en la gestión de fronteras dentro de España.

Ni siquiera su socio parlamentario, Podemos, apoya esta cesión. Sin embargo, Sánchez parece dispuesto a sacrificar la unidad de criterio en política migratoria con tal de no perder los votos de Junts.

Sánchez, rehén del independentismo

Estas cesiones no son aisladas, sino un nuevo capítulo en la larga serie de concesiones del Ejecutivo a las fuerzas separatistas. Primero fue la amnistía, después los indultos, y ahora el control sobre lengua e inmigración.

El objetivo es claro: sostener artificialmente la mayoría parlamentaria que mantiene a Sánchez en La Moncloa, aunque ello implique debilitar la cohesión nacional y premiar a quienes no ocultan su desafío al Estado.

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