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Sánchez ordenó al PSOE pagar el silencio de Ábalos con dinero de los militantes

Los pagos a Ábalos no son un error aislado, son presuntamente el engranaje de un sistema diseñado para perpetuarse en el poder a cualquier precio

Nuevo capítulo de la interminable saga de presunta corrupción que envuelve al Gobierno de Pedro Sánchez. Y es que el exministro José Luis Ábalos ha destapado una bomba informativa: el presidente del Gobierno usó fondos del PSOE para comprar el silencio de sus antiguos colaboradores, silenciando así las denuncias que podrían haber hundido su frágil Ejecutivo.

Según revelaciones exclusivas de OkDiario, Sánchez dio la orden directa para que el partido pagara los honorarios de un abogado a Ábalos hasta apenas dos meses atrás. Todo en un intento desesperado por mantenerlo «callado» ante las investigaciones judiciales que lo salpican por corrupción y tráfico de influencias.

Ábalos, aquel fiel escudero de Sánchez que pasó de ser el guardián de su puerta en Ferraz a un paria expulsado del PSOE tras el caso Koldo, no ha escatimado en detalles. El exdirigente socialista asegura que el propio Sánchez, en una maniobra digna de un guion de mafia, instruyó a la cúpula del partido para cubrir los gastos legales de su defensa. «Era una forma de tenerlo controlado«, admiten fuentes cercanas al exministro, que ahora, libre de ataduras, arroja luz sobre las cloacas del Sanchismo.

Soborno encubierto

No se trata de un gesto de lealtad, sino de un presunto soborno encubierto con dinero de las cuotas de miles de militantes socialistas, esos humildes afiliados que ven cómo su partido se convierte en una mera tapadera para los tejemanejes del líder.

Este pago, que se prolongó hasta octubre de 2025, llega en el peor momento para Sánchez, acorralado por el ‘caso Koldo’ y por las sombras que se ciernen sobre Begoña Gómez, su esposa, investigada por tráfico de influencias.

Así, mientras el líder socialista predica moralidad y ataca a la derecha por «lawfare», él mismo orquesta presuntamente un esquema para blindar a sus cómplices.

Ábalos, apartado del cargo y del partido en 2024, cobró estos servicios legales como un «incentivo» para no soltar prenda sobre las interioridades del Gobierno.

Una vergüenza socialista

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha calificado el episodio como «la gota que colma el vaso de la vergüenza socialista«, exigiendo una auditoría inmediata de las cuentas del PSOE y la dimisión inmediata de Sánchez. «Esto no es gobernar, es saquear», ha tuiteado Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, recordando cómo el Sanchismo ha convertido Moncloa en un nido de favoritismos.

VOX, por su parte, ha elevado el tono: «Sánchez no es un demócrata; es un delincuente que usa el Estado como cortina de humo para sus chanchullos».

Sánchez, que llegó al poder prometiendo regeneración, ha convertido presuntamente el PSOE en una máquina de blanqueo de corruptelas. Los pagos a Ábalos no son un error aislado, son presuntamente el engranaje de un sistema diseñado para perpetuarse en el poder a cualquier precio.

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