Prensa y activistas subvencionados inician la campaña de blanqueamiento de Sánchez y criminalizan a las víctimas que protestaron en Paiporta
La campaña de selfies de Sánchez a la sombra del Rey en Paiporta se ha saldado con un fracaso tal que, además de evidenciar la repulsa que generan el ‘número 1’ y Mazón, ha mostrado en toda su bajeza la conocida cobardía del socialista. Ante los primeros gritos, Sánchez se desentendió del Rey, escapó por su cuenta protegido por su séquito y dejó atrás al monarca aguantando improperios y el lanzamiento de barro de las víctimas abandonadas por las instituciones -desde hace días, también a merced de los saqueadores-.
Una vez huido del escenario de la tragedia, Sánchez menospreció ante al prensa a quienes recriminaron su gestión nefasta de la DANA y les tachó de ‘elementos absolutamente marginales’ a las personas que protestaban por su presencia. El ‘número 1’ también llamó a hacer borrón y cuenta nueva, a mirar hacia adelante y retomar las vidas normales lo antes posible.
Tras conocerse que la Guardia Civil inicia una investigación sobre los daños que sufrió el coche de Sánchez mientras escapaba -una curiosa rotura de una luneta trasera de un coche supuestamente blindado-, y en previsión de una campaña de multas y detenciones contra personas señaladas por el Ejecutivo y sus cómplices, el sindicato Solidaridad ofrece sus servicios jurídicos gratuitos a los posibles represaliados.
Los blanqueadores de Sánchez se inventan que las víctimas abucheaban a Felipe VI
En cuanto a la prensa y el activismo subvencionado, han optado por diferentes estrategias de blanqueamiento de la repulsa que genera la presencia de Sánchez más allá de los muros de Moncloa y entornos afines engrasados con el dinero de los impuestos procedentes del saqueo fiscal a los ciudadanos.
Con el respeto a la verdad esperable, la verdadera ‘máquina del fango’ oficial ha llegado a inventarse que los insultos iban dirigidos a Felipe VI, llegando a ocultar en titulares que Sánchez sí estuvo en la visita.
También se ha reprochado a la Casa Real acudir a Paiporta en una visita a la que Sánchez se apuntó para diluir su responsabilidad en la tragedia junto al popular Mazón, resguardados ambos a la sombra del monarca.
Era inevitable también recurrir en esta ocasión al bulo clásico de relacionar con una formación de extrema derecha (que casualmente retiraba paladas de fango reunida en la localidad de mayoría socialista) a las víctimas que protestaban por el abandono de todas las administraciones.
También se han llegado a inventar inexistentes palazos al inquilino de Moncloa, además de las correspondiente victimización del sujeto, como si él no hubiese llamado al señalamiento salvaje desde hace años contra la población que no vota izquierda, y mirado para otro lado ante agresiones, estas reales, sufridas por quien no comparte su hez ideológica.
Cabe reseñar que, días después de la tragedia, tampoco han aparecido hasta el momento por la zona catastrófica las famosas ‘mareas’ organizadas por la izquierda y la ultraizquierda, ni sus solidarios trajes EPI, ni sus cepillos de chapapote, habida cuenta del subvencionado color político del fugitivo de Paiporta.
