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La ‘solicitud de recarga’ del coche por invitados a reuniones navideñas es el nuevo tabú social en España

Un estudio de Ford descubre que pedir recargar un vehículo eléctrico a los suegros supera en vergüenza a admitir que atascaron el inodoro

La Navidad reúne a familias enteras, pero este año un nuevo dilema social emerge en muchos hogares españoles: la petición de recarga del coche eléctrico en el enchufe doméstico del anfitrión. Un estudio realizado por Ford revela que esta solicitud genera más vergüenza y molestia que otras peticiones cotidianas, lo que transforma las fiestas en un campo minado de protocolo no escrito.

 17 % de ellos, pedir a los suegros que carguen su vehículo supera en vergüenza a admitir que han atascado el inodoro.

Más de uno de cada cinco anfitriones españoles (21 %) se enfadaría en silencio si un invitado le pidiera conectar su coche eléctrico en su casa, aunque no lo expresaría abiertamente. Los conductores de vehículos eléctricos también experimentan incomodidad: el 32 % considera que pedir recargar su coche resulta más embarazoso que solicitar la contraseña del Wi-Fi (18 %) o preguntar cómo tirar de la cadena del inodoro (30 %).

Según los datos del sondeo de Ford, recogidos por NewsPress, para el 17 % de ellos, pedir a los suegros que carguen su vehículo supera en vergüenza a admitir que han atascado el inodoro. Estos datos muestran cómo la transición a la movilidad eléctrica introduce nuevas normas de convivencia en situaciones familiares.

La recarga del coche eléctrico: nueva excusa sostenible para huir del familiar

Los conductores encuentran formas creativas de evitar el conflicto. Más de la mitad (53 %) admite que fingiría una necesidad urgente de recargar el coche solo para escapar temporalmente del ajetreo familiar. Esta «emergencia de recarga» se convierte en la versión moderna del clásico paseo para tomar aire.

Los anfitriones también muestran disposición condicionada: el 41 % estaría más abierto a ofrecer carga gratuita si el invitado lo pidiera educadamente, lo que subraya la importancia de las formas. Para agradecer el favor, la opción más aceptada socialmente (39 %) consiste en ofrecer un gesto recíproco en el futuro, mientras que el 43 % de los conductores llega con la batería completamente cargada para no tener que pedir nada.

La experta en protocolo señala que sigue siendo la clave saber cómo agradecer, pedir u ofrecer las cosas

María José González y Verdú, experta en protocolo y etiqueta, analiza este fenómeno: “Lo que demuestra este estudio es que, aunque cambien los objetos, las reglas de la buena educación siguen siendo las mismas: no dar nada por supuesto, pedir con respeto y agradecer siempre”.

La especialista añade que “muchas de las tensiones actuales no surgen por mala intención, sino por la falta de normas claras en situaciones nuevas” y concluye: “Aprender a ofrecerlo como anfitrión o a pedirlo como invitado con educación es clave para evitar malentendidos y preservar la armonía familiar”.

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