Las consecuencias del descontrol migratorio vuelven a ser visibles en Europa
El problema migratorio en Europa vuelve a evidenciarse con un caso impactante en Suiza. Un inmigrante ilegal procedente de Eritrea ha sido condenado tras acumular un total de 46 delitos en tan solo 13 meses, que incluyen robos en varias ciudades suizas y exhibicionismo sexual frente a menores, además de una agresión sexual.
El tribunal suizo dictó una sentencia que incluye tres años de prisión, deportación y una prohibición de entrada al país durante una década. Sin embargo, medios locales advierten que la expulsión podría limitarse a su traslado a otro país europeo, lo que abriría la posibilidad de su regreso a Suiza tras 10 años.
Historial criminal del inmigrante eritreo en Suiza
El acusado cometió robos en regiones como St. Gallen, Thurgau y Zúrich. Además, protagonizó múltiples episodios de exhibicionismo obsceno, mostrando sus genitales a mujeres y menores en lugares públicos como trenes y una floristería. El incidente más grave tuvo lugar en Frauenfeld, donde atacó a una mujer durante la noche, intentando agredirla sexualmente tras tocarla inapropiadamente. Por suerte, la víctima pudo escapar.
Durante el juicio, el acusado mostró una total falta de arrepentimiento, interrumpiendo las sesiones a pesar de su limitado dominio del idioma alemán. El juez presidente, Daniel Geeler, expresó su consternación: «El acusado cuenta con 31 condenas previas, algo que este tribunal nunca había visto antes».
Aunque inicialmente se le imputaban 46 delitos, finalmente fue condenado por 31, que incluyen agresión sexual, acoso, robos y allanamiento de morada. Además, la sentencia obliga al pago de una indemnización de 50.000 francos suizos, monto que parece difícil de recuperar sin recurrir a fondos públicos.
Contexto europeo: un reflejo del desafío migratorio y la reincidencia
Los medios suizos califican este caso como un récord en materia criminal en tan corto tiempo, evidenciando un problema que afecta a Europa en general: la reincidencia de inmigrantes ilegales con antecedentes penales. Suiza no es un caso aislado; en Alemania, por ejemplo, se han registrado casos similares, como el de un ciudadano libanés con más de 100 investigaciones en su contra, un marroquí que sembró el terror durante años en una localidad y un afgano que convirtió en insostenible la vida en Güstrow.












