Ha impulsado protocolos que, bajo el mantra del ‘Solo sí es sí’, han liberado a violadores y desatado el caos en las calles
El Gobierno de Pedro Sánchez propone a Teresa Peramato Martín como nueva fiscal general del Estado, sustituyendo al inhabilitado Álvaro García Ortiz.
No es casualidad que el anuncio hecho ayer coincida con el 25N: Peramato, salmantina de 63 años y fiscal de carrera con 35 años de ejercicio, es la encarnación perfecta del ideologismo progresista que ha convertido la Justicia en un apéndice de La Moncloa.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Salamanca en 1989, ejerció brevemente como abogada antes de opositar en 1991, pasando por fiscalías en Tenerife, Valladolid, Barcelona y Madrid. Su carrera, lejos de ser un dechado de imparcialidad, está marcada por un activismo feminista que prioriza la agenda de género sobre la igualdad ante la ley.
Sección de Violencia sobre la Mujer
Desde 2005, Peramato se especializó en la ‘Sección de Violencia sobre la Mujer’ en Madrid, impulsando protocolos que, bajo el mantra del ‘Solo sí es sí’, han liberado a violadores y desatado el caos en las calles.
En 2021, ascendió a fiscal de sala jefa de la Fiscalía Especializada contra la Violencia sobre la Mujer. Y en 2024, a propuesta de su mentor García Ortiz, llegó a fiscal de sala jefa de la Sección Penal del Supremo.
Peramato también es fiscal delegada para la Protección de Víctimas. Es un rol donde ha defendido que «el silencio del investigado puede ser indicio de culpabilidad». Se trata de una doctrina que huele a presunción de inocencia pisoteada y que resuena en los juicios políticos contra la derecha.
Lobby progresista
Miembro y ex presidente de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), la lobby progresista que ha copado la cúpula fiscal bajo Sánchez, Peramato es la cuarta en la saga de fiscales «independientes» que responden al siseo de Moncloa.
Félix Bolaños la alaba como «impecable» y con «compromiso feminista», pero las asociaciones conservadoras como la APIF y la AF rechazan su nombramiento. «Otro perfil ideológico, no técnico», critican. Y recuerdan que su ascenso en 2024 no contó con su apoyo.
Familia del Sanchismo
Muchos consideran que en un país donde la presunta corrupción del PSOE y de la familia del Sanchismo devora la confianza en las instituciones, colocar a una experta en «violencia de género» al frente de la Fiscalía es una provocación.
De hecho, la oposición judicial advierte: su trayectoria, plagada de directrices ideológicas, agravará la fractura en la carrera fiscal, donde los progresistas de la UPF dominan con mano de hierro.
130.000 euros anuales
En lo personal, Peramato, de familia numerosa con diez hermanos, representa el ascenso de la España rural al feminismo estatal, pero su sueldo como fiscal general, alrededor de 130.000 euros brutos anuales, será el premio por años de lealtad al PSOE.
Por otro lado, este nombramiento certifica el fracaso del modelo Sanchista… El de una Fiscalía al servicio de la ideología, no de la ley. España, con este ‘modelo’ de juez, no priorizará la persecución a los corruptos…
Así, si Peramato pasa el trámite parlamentario, la Justicia española podría tocar fondo, más aún. Frente a la independencia real, el circo ideológico.








