Marbella ha sido escenario este jueves de un episodio de violencia extrema que pone de manifiesto hasta qué punto la delincuencia organizada se ha asentado en la Costa del Sol. Una banda de delincuentes ha repelido a tiros a la Policía Nacional durante una operación aún en curso, en un incidente que afortunadamente no ha dejado heridos pero que evidencia la escalada de violencia y la impunidad con la que actúan ciertos grupos criminales en nuestro país.
Los hechos se han producido en el marco de una operación policial de gran envergadura contra una organización dedicada al narcotráfico y el blanqueo de capitales. Cuando los agentes se disponían a entrar en una vivienda para practicar un registro, los ocupantes abrieron fuego contra ellos, obligándoles a replegarse y solicitar refuerzos. La zona ha quedado acordonada y se ha desplegado un importante dispositivo policial que incluye unidades especiales.
Marbella, paraíso del crimen organizado
Marbella lleva años siendo un imán para la delincuencia organizada internacional. Narcotraficantes, blanqueadores de dinero, mafias rusas, clanes británicos, organizaciones colombianas… La Costa del Sol se ha convertido en un auténtico paraíso para el crimen, donde el dinero sucio fluye con total impunidad y donde los delincuentes viven como reyes mientras las autoridades miran hacia otro lado.
El problema no es nuevo, pero se ha agravado en los últimos años. La falta de medios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la saturación de los juzgados, las penas ridículas que se imponen a los delincuentes y la corrupción de ciertos funcionarios han creado el caldo de cultivo perfecto para que la delincuencia organizada campe a sus anchas.
Como ya informamos sobre el preso fugado que asesinó a una anciana en Calella, la inseguridad y la violencia criminal están alcanzando niveles preocupantes en toda España. Y casos como el de hoy en Marbella demuestran que los delincuentes ya no tienen miedo a enfrentarse directamente a la policía.
La impunidad como norma
Lo más grave de este incidente no es solo la violencia en sí misma, sino lo que representa: la sensación de impunidad que tienen ciertos delincuentes que se atreven a disparar contra la policía en plena operación. Eso solo ocurre cuando los criminales saben que las consecuencias de sus actos van a ser mínimas, cuando confían en que el sistema judicial español es tan blando y garantista que difícilmente van a pasar muchos años en prisión.
Y tienen razón. España es un paraíso para los delincuentes. Las penas son ridículas, las cárceles están masificadas, los juicios se eternizan y las condenas se reducen por cualquier motivo. Un narcotraficante puede ser detenido con toneladas de droga y salir de la cárcel en pocos años. Un asesino puede cumplir una fracción mínima de su condena y volver a las calles. Y mientras tanto, las víctimas y la sociedad en general quedan indefensas.
Más medios y penas más duras
La solución pasa por dotar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de más medios, tanto materiales como humanos. Necesitamos más policías, mejor equipados y con mayor capacidad de actuación. Pero también necesitamos un cambio radical en el sistema judicial: penas más duras, cumplimiento íntegro de las condenas, fin de los beneficios penitenciarios para delincuentes violentos y reincidentes.
Además, es imprescindible acabar con la corrupción que permite que ciertos delincuentes operen con total libertad. Hay que investigar y depurar responsabilidades entre aquellos funcionarios que hacen la vista gorda a cambio de dinero. Solo así podremos recuperar la seguridad en nuestras calles y devolver la tranquilidad a los ciudadanos.
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El tiroteo de hoy en Marbella es solo la punta del iceberg de un problema mucho más grave: la impunidad de la delincuencia organizada en España. Mientras no tomemos medidas contundentes, mientras sigamos siendo blandos con los delincuentes, seguiremos asistiendo a episodios como este. Y algún día, la suerte no acompañará y habrá que lamentar víctimas mortales. Esperemos que no sea demasiado tarde cuando decidamos actuar.








