La encuesta muestra que en su propio país, Alemania, el 54% quiere verla fuera de Bruselas
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, atraviesa uno de los momentos más complicados de su mandato justo antes de su esperado discurso sobre el Estado de la Unión Europea. Según una encuesta reciente realizada por Cluster17 y publicada por Le Grand Continent, el 75% de los ciudadanos europeos considera que Von der Leyen ha fallado en la defensa de los intereses de Europa, mientras que un 60% demanda su dimisión inmediata. Incluso en Alemania, su país natal, más de la mitad (54%) quiere que abandone su puesto en Bruselas.
El estudio pone el foco en el controvertido acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos, presentado por Von der Leyen como un «gran pacto de estabilidad». Sin embargo, el 77% de los europeos opina que este acuerdo beneficia principalmente a la economía estadounidense, y el 52% lo califica como una humillación para Europa.
Además, cerca del 40% de los encuestados asegura que la presidenta de la Comisión ha defendido “muy mal” los intereses europeos. Expertos y analistas definen estos resultados como una «condena sin precedentes» hacia la gestión de Von der Leyen.
La desconfianza no solo afecta a la líder europea, sino que también pone en duda el futuro del proyecto comunitario. Un 38% de los ciudadanos considera que Europa debería replantearse su permanencia en la Unión Europea si no protege de forma efectiva a sus ciudadanos frente a las amenazas geopolíticas y políticas actuales. Esta creciente desafección refleja una percepción de las instituciones europeas como demasiado sumisas a Washington y alejadas de las verdaderas prioridades de los europeos.
La crítica también llega desde el ámbito sindical. La Confederación Europea de Sindicatos (CES/ETUC), que representa a 45 millones de trabajadores en toda Europa, denunció la semana pasada la “desconexión radical” entre la Comisión Europea y las necesidades de la ciudadanía.
En definitiva, Von der Leyen llega a su discurso del Estado de la Unión en medio de una fuerte ola de desconfianza y desgaste político. Mientras Bruselas insiste en hablar de “estabilidad”, la mayoría de los europeos perciben sumisión, debilidad y una falta de defensa clara de la soberanía europea.
