Un pleno rutinario, un murmullo que no cesaba y un micrófono que —una vez más— decidió convertirse en protagonista inesperado de la política española. Así nació la frase que ya circula por redes, tertulias y chats de WhatsApp: “les importa tres pollas en vinagre”. La dijo, sin saber que estaba siendo escuchado por media España, el presidente del Senado, Pedro Rollán (PP).
Un pleno que empieza mal… y termina peor para el presidente del Senado
Poco antes de las cuatro de la tarde, Rollán llamó varias veces al orden para que sus señorías —que parecían más pendientes de charlar que de sentarse— ocuparan sus escaños y comenzara la sesión prevista en la Cámara Alta. El murmullo no remitía.
Fue entonces cuando, creyendo que hablaba en privado con el vicepresidente primero de la Mesa, Javier Maroto, dejó escapar una frase que ya forma parte del folclore parlamentario:
“Les importa tres pollas en vinagre.”
Lo captó un micrófono abierto. Y el resto es historia.
Segundos después, Rollán recuperó la compostura y pronunció con solemne tranquilidad:
“Señorías, buenas tardes, se abre la sesión.”
Pero el daño —o el viral— ya estaba hecho.
El déjà vu: España recuerda inmediatamente el “manda huevos”
El estallido de Rollán ha generado un inevitable paralelismo con el legendario “manda huevos” de Federico Trillo, pronunciado en 1997 cuando presidía el Congreso.
También captado por un micrófono. También convertido en meme nacional.
La política española tiene memoria larga para los exabruptos. Y éste ya suma puntos para quedarse.
Reacciones: entre la indignación, la risa y la vergüenza ajena
La frase de Rollán ha recorrido el país a velocidad de vértigo:
Indignación:
Grupos de la oposición acusan al presidente del Senado de “faltarle al respeto a la institución” y de “normalizar un clima de desprecio”. Algunos portavoces ya exigen disculpas públicas.
Risas:
En redes sociales, el comentario se ha transformado en tendencia nacional. Memes, parodias y bromas han inundado X en cuestión de minutos.
Vergüenza ajena:
Incluso entre simpatizantes del PP, muchos reconocen que se trata de un momento desafortunado que reabre el eterno debate sobre el protocolo y el nivel del debate político.
Un síntoma más del hartazgo interno
Para analistas parlamentarios, lo ocurrido no solo revela un lapsus. También muestra el cansancio creciente dentro del propio Senado ante la falta de disciplina, puntualidad y atención en los plenos.
Muchos presidentes antes que Rollán han perdido la paciencia, pero no todos han tenido la “suerte” de ser grabados.
Micrófonos abiertos: la kryptonita del político español
En España, los micrófonos abiertos se han convertido en un género informativo propio. Desde el “¡que te vote Txapote!” colado en mítines, hasta el “me suda la…” de ministros pillados fuera de cámara, cada frase involuntaria alimenta horas de tertulia.
El caso de Rollán solo confirma la tradición.
¿Habrá consecuencias?
Por ahora, el PP trata de restar importancia a la frase, describiéndola como “un comentario privado en un momento de tensión”.
La oposición, en cambio, ya lo coloca en el escaparate de los comportamientos impropios de la segunda autoridad del Estado.
Lo que sí está claro es que el pleno quedará en la hemeroteca no por su contenido, sino por una frase pronunciada a destiempo.
Un nuevo capítulo en la historia política de frases involuntarias
Trillo abrió el camino con un “manda huevos” que atravesó generaciones.
Rollán podría haber encontrado, sin quererlo, su propio legado lingüístico.
Porque en España puede que la política cambie, pero los micrófonos —y los despistes— nunca fallan.








