La administración republicana ha anunciado un despliegue «sin precedentes» en la frontera sur
La Administración del presidente Donald Trump ha puesto en marcha la Operación «Muro del Río» (River Wall), una nueva estrategia de seguridad destinada a intensificar la vigilancia en la frontera sur de Estados Unidos, especialmente en el Valle del Río Grande, zona crítica para la inmigración ilegal y el tráfico de drogas procedente de México.
Refuerzo sin precedentes en el Valle del Río Grande
Según fuentes oficiales en Washington, esta operación representa un despliegue sin precedentes de recursos y personal para frenar la entrada ilegal de migrantes y el flujo de fentanilo y otras sustancias ilícitas hacia territorio estadounidense. La iniciativa se focaliza en una zona de más de 420 kilómetros de frontera fluvial entre México y EE.UU., considerada un punto caliente por su difícil control.
El plan contempla la movilización de al menos 100 embarcaciones para patrullar las aguas del Río Grande, con el objetivo de prevenir cruces ilegales y bloquear las rutas del narcotráfico.
Apoyo de la Guardia Costera y enfoque a largo plazo
Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., declaró que:
“El presidente Trump logró tener la frontera sur más segura en la historia moderna de Estados Unidos, y ahora buscamos mantener ese nivel de seguridad a largo plazo”.
Noem también destacó el papel fundamental de la Guardia Costera de Estados Unidos, cuyas unidades fluviales en el Río Grande serán parte clave del nuevo dispositivo.
“Nuestros hombres y mujeres de la Guardia Costera han defendido las fronteras marítimas desde 1790, y ahora serán un factor decisivo contra la inmigración irregular y el tráfico de drogas en esta región”, añadió.
Una ofensiva más amplia contra el narcotráfico
La Operación Muro del Río forma parte de una ofensiva más amplia liderada por Trump contra los cárteles del narcotráfico en América Latina. Esta postura ha provocado fricciones diplomáticas recientes, como el intercambio de declaraciones con el presidente colombiano Gustavo Petro.
Con esta iniciativa, la Administración Trump busca consolidar una política migratoria más estricta y una frontera sur más segura, enfocada no solo en disuadir el ingreso de migrantes indocumentados, sino también en interrumpir las redes de tráfico de fentanilo, una de las drogas más letales que afecta actualmente a la sociedad estadounidense.








