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La UE traiciona al campo valenciano: clementinas contaminadas de Sudáfrica invaden Europa

El campo valenciano vive un nuevo golpe. La Unión Europea ha eliminado los aranceles a los cítricos sudafricanos y, en cuestión de días, clementinas contaminadas con pesticidas prohibidos ya circulaban por el mercado europeo procedentes de Sudáfrica. La medida, lejos de proteger a los productores nacionales, facilita la entrada masiva de fruta extranjera sin garantías ni control.

Un informe del sistema RASFF encendió todas las alarmas al detectar un lote de clementinas con niveles ilegales de Buprofezin, un insecticida prohibido en la UE por su peligrosidad. Las autoridades danesas interceptaron el cargamento, que había sido distribuido desde Países Bajos. El incidente confirma los peores temores del sector: mientras los agricultores del campo valenciano cumplen normas estrictas, Sudáfrica coloca fruta en Europa sin restricciones ni controles equivalentes.

La eliminación de aranceles entró en vigor el pasado 10 de octubre, coincidiendo con el inicio de la campaña española. Esta apertura sin reciprocidad ha provocado una invasión de cítricos extranjeros justo cuando los agricultores locales necesitan vender su producción. La Unió de Llauradors advierte que dos de cada tres cítricos sudafricanos llegan entre octubre y noviembre, desplazando al producto valenciano de los lineales.

Además, la campaña actual arrastra una caída histórica en la producción, estimada en solo 5,6 millones de toneladas, muy por debajo de los más de 7 millones de hace pocos años. Con precios a la baja y fruta sin salida, muchos productores afrontan pérdidas insostenibles.

El sector exige respuestas. Reclama cláusulas espejo, controles eficaces y una política europea que defienda al agricultor local, no que lo condene. La confianza en Bruselas se desploma mientras el campo valenciano sufre las consecuencias de una traición institucional que favorece a competidores sin garantías sanitarias.

El impacto económico es devastador

Según datos de La Unió de Llauradors, la campaña 2025/2026 sufrirá una caída de producción de más del 20 % respecto a campañas anteriores. De superar los 7 millones de toneladas, se pasará a apenas 5,6 millones, lo que implica pérdidas directas superiores a los 300 millones de euros para los productores, solo en la Comunidad Valenciana.

Las cifras son alarmantes. Mientras los agricultores valencianos enfrentan costes de producción al alza —energía, agua, fertilizantes, mano de obra—, los cítricos procedentes de Sudáfrica -Clementinas en este caso- entran sin control, a bajo precio y con prácticas fitosanitarias cuestionables. Solo en 2024, Sudáfrica exportó más de 600.000 toneladas de cítricos a la UE, con un crecimiento anual superior al 15 % desde 2017, cuando entró en vigor el acuerdo comercial.

Además, en el mismo periodo, el precio en origen para los agricultores españoles se desplomó. Por ejemplo, la clementina pasó de pagarse a 0,40 €/kg en 2020 a menos de 0,25 €/kg en 2024, según informes de Mercasa. La presión de la oferta exterior hunde la rentabilidad y obliga a muchos agricultores a abandonar sus explotaciones

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