La Policía investiga si el ataque forma parte de una escalada de violencia en la zona
Montornès del Vallès (Barcelona), 26 de julio de 2025. Un hombre de origen africano ha sido abatido a tiros por la Policía Local tras atacar con una navaja de grandes dimensiones a un agente dentro de la comisaría de la localidad. El agresor fue neutralizado por un disparo en el acto, mientras que el policía atacado fue trasladado en estado grave al Hospital de Sant Pau de Barcelona.
Según lo comunican en Canal Catalunya, los hechos ocurrieron en la madrugada del viernes al sábado, cuando el individuo comenzó a increpar verbalmente a una patrulla que realizaba labores rutinarias en la vía pública. Lejos de amedrentarse ante la presencia policial, el sujeto decidió dirigirse a pie hacia las dependencias oficiales.
Una vez dentro de la comisaría, sacó una navaja de grandes dimensiones y se abalanzó contra un agente que se encontraba en su puesto de trabajo, completamente ajeno al altercado previo en la calle. El ataque fue rápido, directo y sorpresivo.
Un disparo que evitó una tragedia mayor
Según lo comunican en Canal Catalunya, justo en ese momento, la misma pareja de agentes que había sido increpada previamente regresaba a la comisaría. Al entrar, se encontraron con una escena caótica: su compañero herido y el agresor fuera de control. Uno de ellos, el único que portaba su arma reglamentaria, disparó sin titubeos para salvar la vida de su compañero.
El agresor recibió un único disparo mortal y cayó al suelo en el acto. El agente herido, según fuentes médicas, presentaba un neumotórax grave, posiblemente a causa de una puñalada o de un impacto colateral de la bala disparada para detener el ataque. A pesar de la gravedad de la herida, permaneció consciente en todo momento, lo que fue clave para su estabilización.
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Montornès: un municipio en alerta
El ataque no es un hecho aislado. Según lo comunican en Canal Catalunya, en las últimas semanas vecinos del barrio han alertado del aumento de la inseguridad, especialmente en las inmediaciones de la comisaría. Algunos residentes apuntan a grupos de jóvenes africanos como responsables de intimidaciones verbales y actitudes provocadoras, sobre todo hacia mujeres.
Aunque no se ha establecido una conexión directa entre estos grupos y el atacante abatido, la coincidencia temporal ha encendido las alarmas. La sensación de impunidad, sumada a la violencia de este último incidente, ha generado indignación entre los vecinos, que exigen más presencia policial y medidas de contención.
Silencio oficial y máxima discreción
Por el momento, los Mossos d’Esquadra mantienen abierta la investigación y no han facilitado más datos sobre el agresor. No se ha confirmado si tenía antecedentes penales o vinculación con organizaciones delictivas, aunque fuentes policiales no descartan ninguna hipótesis.
Según lo comunican en Canal Catalunya, se están revisando las cámaras de seguridad y tomando declaración a todos los testigos presenciales del incidente, incluido el propio agente herido si su estado clínico lo permite.
Una comisaría convertida en objetivo
El ataque ha tenido lugar en lo que se considera un “espacio seguro” para la fuerza pública: la propia sede de la Policía Local. Eso ha encendido todas las alertas. No solo por la brutalidad del acto, sino porque confirma una pérdida creciente de respeto hacia la autoridad.
Este tipo de agresiones dentro de instalaciones oficiales no se daban en Montornès del Vallès, lo que refuerza la hipótesis de que pueda tratarse de un acto deliberado o simbólico más que de una simple reacción impulsiva.
Conclusión: inseguridad, tensión y un barrio que pide respuestas
Un hombre muerto. Un agente hospitalizado. Una comisaría atacada. Y un barrio que lleva semanas advirtiendo del deterioro del orden público. La noche de este viernes ha marcado un antes y un después en la seguridad de Montornès del Vallès.
Según lo comunican en Canal Catalunya, la investigación continúa, pero los vecinos exigen algo más que respuestas: quieren protección. Mientras tanto, la imagen de un agente ensangrentado en su propio cuartel y un hombre abatido en plena sala de guardia seguirá resonando en la conciencia colectiva del municipio.
