Nuevo caso de salvaje violencia provocado por un inmigrante: el 53% de estos crímenes los protagonizan extranjeros en España
Un nuevo caso de violencia contra la mujer sacude Cataluña. Sayuri, una colombiana de 36 años, fue brutalmente asesinada a cuchilladas por su pareja, un inmigrante colombiano de 46 años, en el domicilio que compartían en el barrio de Santa Eulalia de Hospitalet.
El suceso, ocurrido de madrugada, eleva a seis el número de feminicidios en la región este año y resalta la preocupante tendencia de agresiones mortales perpetradas por extranjeros, que representan una sobrerrepresentación en estos delitos graves.
Los hechos se precipitaron alrededor de las 06:30 horas en el número 45 de la calle Santa Eulalia, un piso modesto donde la pareja vivía junto a dos mujeres familiares, ausentes en ese momento.
Según los Mossos d’Esquadra, la discusión escaló rápidamente hasta convertirse en un ataque salvaje. Sayuri recibió múltiples puñaladas en la zona abdominal, que le provocaron la muerte in situ.
Miedo a su agresor colombiano
Sanitarios del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) confirmaron el deceso al llegar, alertados por un vecino y compatriotas que oyeron los gritos y contactaron al 112. «Era una mujer trabajadora y familiar, con miedo constante a su pareja», revelan fuentes cercanas, aunque no constaban denuncias previas por maltrato en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
El autor, detenido minutos después a escasos metros del lugar, permanece bajo custodia en la comisaría de los Mossos. La División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Metropolitana Sur lo investiga por homicidio en el ámbito de la violencia de género, con el expediente bajo secreto de sumario.
Historial de violencia machista, pero entró en España
La pareja, originaria de Colombia, emigró hace dos años sin hijos menores en España, aunque sí en su país natal, y no registra antecedentes judiciales conjuntos. No obstante, el agresor colombiano tenía un historial de violencia machista de hace una década, según el TSJC. Aún así no tuvo problemas para residir en España.
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Hospitalet ha abierto diligencias y espera el levantamiento del cadáver por la comitiva judicial.
Violencia alarmante ejercida por inmigrantes
Este crimen se inscribe en una serie alarmante de violencia contra la mujer ejercida por inmigrantes en España. En 2025, hasta noviembre, se registran 39 feminicidios en el país, la cifra más baja desde 2003, pero aún devastadora, de los cuales el 53% han sido cometidos por agresores extranjeros, según datos del Ministerio de Igualdad.
En Cataluña, este es el sexto caso del año, con un patrón similar: en 2024, el 36,2% de los asesinatos de mujeres fueron a manos de no nacionales, un repunte del 44,8% en 2023.
Ejemplos recientes incluyen el doble feminicidio en Algemesí (Valencia) en junio, donde un marroquí mató a su ex y a su hijo de 3 años, o el apuñalamiento en Getafe (Madrid) de Maritza por su pareja venezolana.
Agresores de inmigrantes se multiplican cada año
Desde 2003, el 34,2% de las 1.293 víctimas mortales eran extranjeras, pero la proporción de agresores inmigrantes cuadruplica su peso poblacional (13% de la población, pero responsables del doble de homicidios machistas en promedio anual, con tasas de 5,8 por millón frente a 2,4 de españoles).
Las estadísticas nacionales agravan el panorama. Según el INE y el Consejo General del Poder Judicial, los extranjeros –el 14% de la población– acumulan el 28% de las condenas totales, con una tasa de 14,6 por mil habitantes frente a 5,8 de españoles, es decir, 2,5 veces superior.
73% de arrestados por delitos sexuales son extranjeros
En delitos sexuales, el 73% de arrestos en 2024 fueron de origen extranjero, y en agresiones sexuales, representan el 32% de investigaciones pese a su minoría demográfica. Factores como la precariedad, la juventud media de los inmigrantes y barreras culturales se citan como agravantes, aunque expertos insisten en que la mayoría no delinque.
Mientras, la familia de la víctima exige justicia y protección para otras en riesgo. España, con una tasa de criminalidad global relevante, no puede ignorar esta sombra en la inmigración.
