El primer ministro húngaro arranca una campaña electoral que finalizará en las elecciones del próximo año
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha dado inicio a la carrera electoral con un mensaje contundente que marca claramente su distanciamiento de la Unión Europea. Durante su intervención en el tradicional encuentro conservador de Kötcse, transmitido en vivo por redes sociales, Orbán enmarcó las elecciones de 2026 como una decisión histórica: un referéndum entre el modelo de Bruselas y el camino de la soberanía nacional.
Dos caminos para Hungría: dependencia o autodeterminación
«Hungría tiene dos caminos: uno lleva a Bruselas y al colapso económico; el otro, a la soberanía y la estabilidad», declaró Orbán frente a simpatizantes y líderes del partido. El primer ministro criticó duramente lo que denominó el ‘modelo Bruselas’, al que atribuye políticas que, según él, amenazan el bienestar del país: endeudamiento colectivo dentro de la UE, retirada de ayudas familiares, eliminación de subsidios energéticos, y la imposición de un sistema fiscal progresivo.
Además, apuntó directamente al partido opositor Tisza, al que acusó de querer implementar esta misma agenda en Hungría.
Críticas al modelo europeo y advertencias sobre el futuro
En su discurso, Orbán sostuvo que la Unión Europea está en declive, incapaz de sostener un modelo económico viable. Denunció el uso continuado de políticas de deuda compartida como un factor clave en la desintegración de la cohesión europea. «Si no se producen cambios estructurales, el presupuesto de la UE para 2028-2035 podría ser el último», advirtió.
También utilizó su cuenta en la red social X (antes Twitter) para reforzar su mensaje: «La Unión Europea se está desmoronando ante nuestros ojos. Solo una transformación profunda podrá frenar las fuerzas que la destruyen».
Inicio oficial de la campaña electoral en Hungría
Este discurso en Kötcse no solo marcó el tono político del oficialismo de cara a las elecciones parlamentarias de 2026, sino que consolidó la estrategia de Orbán y su partido Fidesz: resistir la presión de Bruselas, defender la autonomía de Hungría y preservar las políticas nacionales de apoyo a las familias.
Orbán apuesta por una narrativa de confrontación con las instituciones europeas, posicionándose como el garante de la estabilidad interna frente a una Unión Europea que, según él, ha perdido el rumbo.












