La encuesta de GAD3 confirma el castigo ciudadano por la tragedia del año pasado mientras Compromís recoge los votos que pierde el PSOE
La tormenta que devastó la Comunidad Valenciana hace un año sigue teniendo efectos políticos. Según la última encuesta de GAD3 para ABC y Las Provincias, el presidente autonómico, Carlos Mazón, afronta su momento más delicado desde que llegó al Palau: según la encuesta, tres de cada cuatro valencianos creen que debería dimitir.
El sondeo refleja una caída de seis puntos en intención de voto para el Partido Popular, que pasaría de los 40 a 33 escaños, y una creciente presión tanto en la calle como dentro de su propio partido.
La gran sorpresa llega por la derecha. Vox es el principal beneficiado de la desafección hacia Mazón y sube más de siete puntos, hasta rozar el 19% de los votos y alcanzar 20 diputados autonómicos.
En términos de gobernabilidad, la suma de PP y Vox seguiría en 53 escaños, lo justo para mantener la mayoría absoluta. Sin embargo, el equilibrio interno ha cambiado por completo: si Mazón quiere repetir coalición, tendrá que ceder más espacio a Vox dentro del Ejecutivo.
Vox capitaliza el desgaste del PP
Esa presión se deja sentir también a nivel nacional. En la Comunidad Valenciana, los populares perderían cuatro puntos en unas elecciones generales, mientras Vox subiría hasta el 21%, sumando ocho diputados al Congreso por la región.
Una tendencia que refuerza el relato de Abascal y su estrategia de presentarse como la alternativa firme a la tibieza del PP. Algo que ya adelantaba su discurso reciente sobre la gestión del campo y la inmigración, en línea con su defensa de los sectores agrarios, que ya denunció en “Vox y PP se enfrentan por el recorte de la PAC”.
Compromís sube a costa del PSOE
En el bloque de la izquierda, el panorama no es mejor. El PSOE pierde cuatro escaños y se queda en 11 diputados, mientras que Compromís, con Joan Baldoví al frente, recoge todo ese voto y crece hasta el 19%, lo que le permitiría igualar los 19 parlamentarios de Vox.
El bloque progresista sumaría 46 escaños, insuficientes para arrebatar el poder a la derecha, pero suficiente para consolidar un espacio alternativo con más identidad valencianista.
En Valencia, Alicante y Castellón, el fenómeno es similar: los partidos medianos están absorbiendo el voto de desgaste de los grandes. Los analistas de GAD3 interpretan este efecto como una “fragmentación estructural del voto” que no beneficia a la izquierda ni al PP, pero sí mantiene viva la mayoría conservadora.
El recuerdo de la DANA, clave en el castigo
Más allá de los números, el estudio refleja un componente emocional evidente. La tragedia de la DANA y la gestión posterior siguen siendo una herida abierta. Según los datos, el 68% de los valencianos considera que el Gobierno autonómico actuó tarde y mal, y el 61% cree que se intentó ocultar información sobre las causas de la catástrofe.
Una crítica que conecta con el malestar por la lentitud de las ayudas a los damnificados. De hecho, más de 36.000 familias aún no han recibido el apoyo prometido por el Gobierno central, según reveló este informe reciente.
El recuerdo de la tragedia pesa, y cada gota fría que azota el Levante reabre la herida. No en vano, las autoridades han recordado a los ciudadanos la importancia de revisar las alertas por lluvias torrenciales en el móvil, especialmente en zonas costeras.
